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“Ser mujer no implica contar con conciencia de género”

“Ser mujer no implica contar con conciencia de género”
07 de marzo de 2013 - 00:00

En vísperas de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, María Amelia Viteri explicó que es necesario construir una sociedad que sea verdaderamente equitativa en los roles de género. Para la antropóloga, las mujeres continúan reproduciendo el patrón patriarcal generación tras generación, lo cual ha incitado al incremento de factores como la violencia.

¿Qué es lo femenino?
Hay una serie de elementos que interseccionan como capas para construir lo femenino. Históricamente siempre ha sido contextualizado contra lo opuesto, es decir, lo masculino, pero hay que mirar a nivel cultural, regional, nacional, entre otros factores. Desde la antropología, lo femenino es relacionado con los valores de ser madre, y en América Latina ha sido ligado a ser abnegada, sumisa, sacrificada y muchas veces exponiendo su salud. Lo femenino debe ser repensado desde una femineidad que tenga otra forma que no sea maternal.

07-3-13-sociedad-seniuora3Desde los roles y las construcciones sociales, ¿qué limitaciones tiene la mujer en la vida pública?
No se puede separar lo público de lo privado. Si en este imaginario las mujeres son consideradas con menor capacidad que los  hombres, eso va a apremiar en el acceso a lo público. Por ejemplo, en Ecuador, o en Alemania, las mujeres por el mismo trabajo que desempeñan los hombres, tienen una remuneración menor. Entonces hay inequidad en este espacio. Otro aspecto muy importante es la violencia de género que se introduce en el esquema profesional de la mujer causando el presentismo, es decir, trabaja pero sus capacidades no están al máximo por la violencia existente en su entorno.

¿Qué parámetros se han mantenido o cambiado en los últimos años para lograr la participación equitativa de hombres y mujeres en el hogar?
Sí han surgido cambios a causa del trabajo emprendido por los movimientos feministas, para generar leyes que permitan luchar contra la violencia y garantizar el acceso a la educación. Uno de ellos fue la concienciación, que no siempre ha dado paso a la acción. Por ejemplo, la violencia se ha incrementado porque las mujeres tienen más conciencia y pueden reportar. Pero no podemos hablar de equidad si la violencia no ha disminuido. Por otro lado, lo que se ha mantenido es que los hombres hablan de ayudar en las tareas, cuando no es ayuda sino una responsabilidad compartida.

¿Cómo es considerada la mujer cuando al casarse opta por usar la preposición “de” antes del apellido de su esposo? Y por otra parte, ¿cuál es su punto de vista en relación con la ley ecuatoriana sobre el registro de apellidos de los hijos?      
Al usar la palabra “de” la mujer es considerada como objeto o propiedad de alguien. Y el tema de los apellidos habría que replantearlo en la sociedad. Le pongo como ejemplo el caso de mi hija; ella nació en el Ecuador, pero creció en Estados Unidos, donde fue registrada con mi apellido. Volvimos al país y estamos en el limbo porque el  Registro Civil no acepta esa forma de parentesco.

En otro tema, ¿en qué momento se naturalizan los roles de género?  
A muy temprana edad. Las niñas aprenden a diferenciar ciertos roles porque su entorno constantemente les está diciendo “siéntate bien”, “pórtate como señorita”, “no seas carishina y aprende a hacer las labores del hogar” mientras que los niños tienen gran libertad para explorar. Y es curioso que los infantes no discriminen, más bien  aprenden a discriminar.

¿Podría ejemplificar cómo ellos aprenden a discriminar?
Lo tradicional es que a una niña se le dé una muñeca y al niño bloques para construir. Pero lo ideal sería que la muñeca y los bloques puedan ser escogidos por niños o niñas, así no habría un código cultural. La sociedad que construye maneras tradicionales de ser mujer traspasa estas formas de generación en generación a lo largo de los años, décadas, siglos, hasta que se hace carne, como diría Michel Foucault.

Entonces, ¿se podría decir que la mujer actual sigue reproduciendo el patriarcado?
Desde luego que sí y puedo decirlo desde mi experiencia. Antes de ser madre yo pensaba que mi hija no tendría por qué ser víctima de los piropos callejeros. Ahora ella tiene 13 años y eso no está nada resuelto, más bien ha aumentado. Hay un problema en la forma cómo se construye el imaginario de ser mujer y un ejemplo de ello es la presión que tienen las reporteras o presentadoras de televisión al maquillarse en exceso y en casos más extremos, de someterse a cirugías.

El discurso social de referirse a los niños y las niñas, es decir por separado, ¿ha contribuido a visibilizar el rol femenino en la sociedad?
Cambiar el lenguaje no necesariamente va a cambiar lo social, sin embargo,  ayuda a visibilizar. Hay que evidenciar que somos los hombres y las mujeres, sobre todo en el español que no existe el neutro como en otros idiomas. Pero el verdadero reto radica en construir una nación que realmente sea equitativa para todos y todas. No es suficiente tener mujeres al mando de políticas públicas, sino mujeres con consciencia de género. El ser mujer no implica necesariamente tener conciencia de género.

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