El primero de los servicios del intercambiador que se construye en el sector de Carapungo (al norte de Quito) empezó a operar el martes de esta semana.

Se trata del carril deprimido que conecta a la Panamericana Norte con la avenida Simón Bolívar.

La habilitación de la vía busca descongestionar la zona, en donde el tráfico se ha vuelto más denso desde que empezó la obra en febrero pasado.

José Andrango, vecino del sector de Marianitas, señaló que salir de la zona en las mañanas y regresar a ella en las tardes y noches “se había convertido en un auténtico martirio” por la dificultad del cruce de la intersección de la Panamericana con la Simón Bolívar.  

Según Andrango, movilizarse en el tramo entre la entrada a Carapungo y Carcelén y viceversa “en un día difícil puede tomar 20 minutos o más, a pesar de que el trayecto no tiene más de 2 o 3 kilómetros”.

Por ello el ciudadano dijo esperar que con la apertura del paso deprimido las cosas se faciliten. No obstante, advirtió que durante el feriado el tránsito por la zona seguramente no tendrá mayores complicaciones y que la prueba de fuego sobre la efectividad de los trabajos será el 4 de enero, con el reinicio de las actividades normales.

Durante la habilitación de la vía, se anunció que en las siguientes semanas habrá cierres temporales en el recién abierto carril debido a la necesidad de realizar trabajos de terminación.

La Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (EPMMOP) comunicó que en las próximas semanas se habilitará también la rampa número 2, que permitirá el acceso a Carapungo por la calle Luis Vaccari.

El intercambiador tiene un costo de $ 20 millones, está compuesto de 6 fases y actualmente registra un avance global del 50%.

La finalización de la obra está prevista que ocurra en el transcurso del primer semestre de este año. En un inicio, la Alcaldía preveía que la construcción concluiría a finales de 2015. (I)