Desde arroz glutinoso como cemento hasta control del comercio: 5 curiosidades de la Gran Muralla China
Un intenso temblor se apodera de las piernas de los visitantes tras subir apenas el primer tramo de la Gran Muralla China. Deben hacer pausas constantemente para tomar aire y subir cientos de gradas de diferentes tamaños que les llevarán a la meta: recorrer los más de 2.700 años de historia del gigante asiático.
Los primeros muros se construyeron en el siglo VII -antes de Cristo-, es decir, hace unos 2.700 años. El emperador Qin Shi Huang (de la dinastía Qin) unificó varios tramos, pero el más conocido y conservado es el de la dinastía Ming.
Los visitantes, por ejemplo, recorren una de las puertas de ingreso a la Muralla: Shanhaiguan, Juyongguan, Jiayuguan, Zhenbeitai y Yanmen Guan.
Juyongguan es el paso clave al norte de Beijing, específicamente en el distrito de Changping, y la travesía empieza con un paso amplio que se estrecha mientras subes. No hay descanso, las gradas se suceden como si no tuvieran final.
Resoplidos, camisetas empapadas, manos agarradas a la baranda y palabras de apoyo en los diferentes idiomas: chino, kazakh, español, inglés, francés… una torre de babel. Son parte del panorama en Juyongguan que era considerado ‘escudo del norte de la capital’ y declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, en 1987.
De hecho, aquí está el conocido Arco de la Nube Blanca o yuntai que es una estructura de piedra tallada con inscripciones en varios idiomas: chino, tibetano, mongol, uigur y sánscrito.
Este punto además fue estratégico, ya que se controlaba el paso a la capital. Por ello fue una fortaleza militar en la dinastía Qin y fue reforzada en la Ming.
Son 15 kilómetros de largo, incluyendo tramos de la muralla que serpentean sobre las montañas circundantes. Por ello, el cansancio se siente desde el inicio, pero la majestuosidad del paisaje hace que los visitantes se motiven, incluso hay aquellos que se quitan los zapatos para trepar las gradas.
Ya en la cima, la emoción llena el lugar; las fotos van y vienen ¡Arriba Ecuador! Se escuchó en el grupo de visitantes que entre risas no sabían cómo harían para bajar. Tal vez agarrados de la baranda, pero con el corazón contento.
5 curiosidades poco conocidas de la Gran Muralla China
Mortero con arroz glutinoso
Estudios químicos revelaron que los constructores de la dinastía Ming desarrollaron una especie de pegamento, similar al cemento, para elevar la muralla. Se trata de una mezcla entre arroz glutinoso y cal para que las paredes sean resistentes al agua, terremotos y al paso del tiempo.
Nuevas especies de aves fósiles
A 130 kilómetros de la muralla, en la provincia de Gansu, se encontraron fósiles de dos nuevas especies de aves. Datan de hace 120 millones de años y tienen una particularidad: un apéndice móvil en la parte inferior del pico que lo usarían para detectar alimento bajo agua o en obstáculos.
Lea también: Meseros, médicos, mascotas, deportistas… algunos de los robots ya desarrollados en Beijing
‘Dragon sculpture’ descubierto
En el tramo de Jiankou de la Muralla se halló una escultura con forma de dragón -cabeza, cola y garras-. Era parte de un torreón y se cree que fue un adorno de la dinastía Ming. Llamó la atención por el estado en el que se conservó.
Señales de humo
Durante la dinastía Ming se usaban fogatas de noche y humo durante el día para transmitir mensajes entre torres, ya que las distancias eran largas. Eso les ayudaba a estar alertas sobre las amenazas.
No solo fue un fuerte militar
La muralla no solo se utilizó como fuerte militar contra los mongoles, también servía como aduana para el cobro de impuestos a los comerciantes que movilizaban sus mercancías a lo largo de la Ruta de la Seda.
También te puede interesar:
#Ecuador | Hoy celebramos el Día del Pasillo Ecuatoriano, en honor al natalicio de Julio Jaramillo. #LéaloEnET: https://t.co/M0nKGSUdND pic.twitter.com/Sf8jpcfwAY
— El Telégrafo Ecuador (@el_telegrafo) October 1, 2025