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Grandes plumas: Rodrigo Chávez González
De cómo en El Telégrafo nació el primer “A través de mi lupa” en 1927.
Desde el 6 de octubre de 1926 comencé a colaborar en El Telégrafo, diario en el que había combatido en pro del liberalismo mi padre que actuó primero siendo director Juan Murillo y luego don José Abel Castillo; y recuerdo que me fue muy grato ingresar a trabajar en un diario donde el autor de mis días había hecho jornadas de juventud idealista.
Como me encontraba en plena campaña criollista o del “montuvio” (que con v la sigo escribiendo, por más que rabien los lingüistas), coincidió que estando allí se celebró la primera Fiesta del Montuvio el 12 de ese mismo mes y año, debiendo reconocer aquí que encontré el más entusiasta apoyo por parte de los hermanos Manuel Eduardo y José Castillo y Castillo, aun cuando a don José Abel no le hacía gracia en que introdujera muchos términos campiranos en mis artículos e informaciones ya que él decía que era indispensable ajustarse más al castellano que al idioma o casi dialecto que se habla en nuestros campos.
ALGO MÁS DEL PERSONAJE
El paso a paso de su vida
Su padre fue un liberal activo, consecuencia de esto fue confinado con su familia en el año 1912, en Daule, él apenas contaba con 4 años.
Para 1914 se trasladó a Catarama, apenas cumplidos 6 años, con su familia.
Sus estudios primarios los inició en el colegio Cristóbal Colón, culminando sus estudios en el Colegio Mercantil, no ejerciendo la profesión en contaduría, en este último, ya que no fue de su agrado.
En 1920 empezó a florecer su vena poética, en cierta ocasión en Milagro expresó “Mi inquietud poética y literaria comenzó en las riberas del río Milagro al ver a una chiquilla de mi edad...”.
1924 fue año decisivo de sus pensamientos nacionalistas, rescatando muchas costumbres del medio costeño, declarándose enemigo de la penetración cultural extranjera.
Para 1926 empezó a laborar en diario El Telégrafo, viviendo con intensidad la “Revolución Juliana”.