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El lado oculto de las películas de acción

El lado oculto de las películas de acción
08 de octubre de 2013 - 00:00

Sacar lecciones de vida de filmes de acción es ilógico e improcedente para muchos, pero en los últimos tiempos se ha revisado un elemento importante que hacía más que interesantes a los primeros filmes de Steven Seagal, Chuck Norris, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Charles Bronson y –en casi toda su filmografía- Jean-Claude Van Damme. Por ello la producción estadounidense Warrior (2011) que pone en los roles protagónicos a los británicos Joel Edgerton y Tom Hardy rescata la idea de que una película de acción es también una cátedra del buen vivir, entiéndase en el sentido de enfrentar los demonios de uno, ser responsables de sus actos y demostrar temple de acero al llevar una existencia virtuosa.

En el filme, Hardy es Tommy Riordan, un exmarine acechado por un trágico pasado, que regresa a la casa de su padre, un alcohólico exboxeador, para que lo entrene para un torneo de artes marciales mixtas, así como en su adolescencia lo llevó a ser uno de los mejores practicantes de la lucha grecorromana.

Paddy Conlon, el padre ahora recuperado de su alcoholismo, es interpretado con mesura y sutileza por el veterano actor Nick Nolte, quien demuestra la importancia de la figura de autoridad en una película de acción, para bien o mal. Tommy usa el apellido de su madre con quien escapó durante su adolescencia para alejarse de la violencia de su padre, mientras que su hermano mayor Brendan, interpretado por Joel Edgerton, permaneció junto a él.

Tommy está resentido con su padre y su hermano. Ganar el premio de un torneo de artes marciales mixtas que se celebrará en Atlantic City el 4 de julio es lo que quiere. El premio es el mayor que se haya dado en la historia de ese deporte.

En un camino lleno de resentimientos y violencia Tommy llegará a la pelea final donde deberá exorcizar a muchos de sus demonios.

Paralelamente se ve la historia de Brendan (hermano de Tommy), un profesor de física que lucha por pagar sus deudas, a punto de perder su casa, preocupado por la manutención de sus dos hijas y esposa, que regresa al ring de aficionados para incrementar sus ingresos.

Al ser suspendido por haber participado de una pelea en el estacionamiento de un bar, contra los deseos de su esposa, Brendan decide volver a entrenar con su amigo Frank Campana para desempeñarse mejor en el circuito de peleas de aficionados. Y al lastimarse el peleador que Campana preparaba para el mismo torneo al que irá Tommy, Brendan pedirá a Frank que lo inscriba para representar al gimnasio en el que practica y ganar el dinero. Así evitará perder su vivienda.

Campana acepta con renuencia. El talento, además de la experiencia que le proveen los años, llevan a Brendan a la final del torneo, donde dejará de correr la mala sangre entre él y su hermano menor Tommy.

Brendan también tiene resentimiento con su padre porque a pesar de que se quedó a su lado -porque era joven y ya estaba enamorado de su esposa- jamás pareció ser digno recipiente del amor paternal, ya que nunca fue entrenado por Paddy, quien tampoco pudo dejar de mencionar a Tommy en el transcurso de los años.

Brendan solo permite que su padre lo contacte por teléfono o correo, pero nunca se lo ha presentado a sus hijas, o si lo hizo fue solo a la mayor cuando aún era pequeña como para recordarlo.

Paddy quema su tiempo escuchando audiolibros, recorriendo sus lugares preferidos de Pittsburgh, donde vivieron su familia, él, su esposa y sus dos hijas.

A Tom Hardy su interpretación de Tommy lo llevó al papel de Bane en The Dark Knight Rises

Paddy no demuestra la fuerza que tuvo como boxeador y ante la cámara es un guiñapo, calmado para ser el entrenador de un enérgico y violento Tommy.

Claro, es emocionante ver lo rápido y demoledor que es Tommy al ganar todas las peleas antes de la final, así como padecer cada vez que Brendan lucha y triunfa aplicando una de varias llaves que permiten someter al contendor y obligarlo a rendirse en artes marciales mixtas.

El descubrir la historia de Tommy causa conmoción, de cómo se escapó, junto con su mejor amigo, dejando atrás a su unidad que fue masacrada por bombas enemigas y fuego amigo también, para luego detenerse a hacer lo correcto y salvar a otro grupo de soldados que estaba por ahogarse en un vehículo de combate que se hundía en el río.

Si Tommy ya se había hecho un nombre en las artes marciales mixtas por su fuerza y la energía con la que derrotó al peleador profesional Pete “Mad Dog” Grimes en una sesión de entrenamiento, evento que fue filmado y subido a YouTube, su fama aumenta cuando se sabe que es un héroe de guerra.

Antes de la pelea final del torneo Sparta, en Atlantic City, Tommy es puesto bajo custodia de la Policía Militar. Apenas termine el torneo lo llevarán a prisión, pues es considerado un desertor. Las historias de Brendan y Tommy solo pueden tener una resolución violenta.

El audiolibro favorito de Paddy es Moby Dick y esto es significativo para la historia del filme Warrior, ya que en la tríada de protagonistas, Tommy, Brendan y Paddy, alguien debe ser Ahab y alguien debe ser Ismael, no hay espacio para Queequeg alguno.

Tommy es un guerrero y su alma está intranquila porque ha puesto en juego su palabra de ayudar a la viuda de su mejor amigo y compañero de batallón, cueste lo que le cueste.

Brendan es un león dispuesto a defender su hogar de la manera que mejor sabe hacerlo, con sus puños.

Paddy es el padre que ama a sus hijos y quiere reconstruir sus relaciones con ellos, sin embargo sabe tanto demostrar su orgullo por ellos como corregirlos como entrenador.

Los puntos de tensión son muchos en Warrior y el clímax del filme puede no estar del todo claro. A Tom Hardy su interpretación de Tommy Riordan es la que lo llevó a conseguir el papel del villano Bane en The Dark Knight Rises, pero Joel Edgerton en la piel de Brendan no es ningún compañero de entrenamiento.

Ambos actores dotan a sus personajes de texturas que superan la realidad para demostrarle al espectador que lo que parece inverosímil tiene mucho sentido cuando se quiere aprender sobre valores y virtudes como el honor, la justicia, la verdad, el amor y la paz.

Es cierto que la fotografía de las peleas podría ser más clara y relajada, pero el diseño sonoro de Warrior sumado a las actuaciones hacen que el filme sea uno de esos que no se pueden olvidar hasta haber sido desmenuzados hasta la médula.

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