A pesar del avance de la industria de alimentos procesados, comestibles como la quinua, el maíz y la papa conservan su espacio en la mesa de los habitantes de la zona austral de Ecuador.

El toque de estos instrumentos solía ser específico de la fiesta del Inti Raymi. Hoy se realiza también en otras épocas del año, aunque cada vez hay menos ejecutantes, la mayoría ancianos.

Los chamanes o “poné”, en idioma tsafiqui, inician su preparación a los 8 años. El entrenamiento es riguroso y requiere una serie de sacrificios personales. Quizás por ello es que cada vez hay menos de estos sanadores en el país.

La familia mantiene la tradición de construir instrumentos de cuerda. Luis Enrique y Pablo Andrés, padre e hijo, comparten en el taller de luthería.

Para su confección se cumplen 8 etapas: corte y limpieza, laminado, compresión, colocación de betún, abatanado, secado, pintado y secado final.

La restauración y el tallado de figuras se incrementan en esta época del año por las novenas y misas con motivo de la Navidad. La venta de trajes y cunas aumenta.

Por su efecto alucinógeno, esta planta maestra es utilizada en rituales curativos, mágicos o espirituales en la región. Los yachak o chamanes recomiendan su uso solo con profesionales conocidos o con ética referida.