Este tipo de alumbramiento demanda más esfuerzo físico que el tradicional, debido a que deben acomodarse a la posición de la parturienta y ayudarla. Algunas gestantes solicitan música con instrumentos andinos.

Esta tradicional celebración del cantón es una expresión dancística que se realiza cada año en diciembre. La participación activa permite que esta manifestación se mantenga ligada a la memoria y herencia cultural.

Los turistas extranjeros son los que más compran este tipo de indumentaria. Artesanas como Blanca Quidigalle se ubican con su negocio en la vía al Parque Nacional Cotopaxi.

Según consulta a los visitantes, ser atendidos por personas nativas les genera mayor empatía. Además explican con mayor naturalidad los atractivos de un lugar.

Desde hace cuatro años existe la sala de alumbramiento intercultural para que las embarazadas puedan elegir cómo dar a luz. La mayoría escoge esta alternativa ancestral.

El objetivo es nutrirse de los conocimientos de estas comunidades para que sirvan a sus habitantes de forma mucho más eficiente. Las parteras son quienes acumulan más experiencia al momento de tratar a una paciente.

La canción “Masquita linda” ha sido interpretada por el Grupo Cumbre, cuyos integrantes, junto con los ancestrales sonidos del rondador, la flauta, el charango y el tambor, la dieron a conocer.

Manuel Moreno Molina ingresó al conservatorio para estudiar música, pero en el camino aprendió a fabricar sus guitarras. Actualmente es un consagrado artesano.

Esta harina es la identidad y el alimento del pueblo andino. En Latacunga quedan pocas personas dedicadas a su elaboración, se las llama “mashqueras”.

Las más de 30 coreografías que desarrollaron durante 21 años están por cumplir 3.000 presentaciones. Los jóvenes visitaron Ecuador, Venezuela, Chile, México y Colombia.