Las piezas ancestrales son un reflejo de las raíces, del origen y de la evidencia de que existía una civilización cañari. Todo esto es muy importante para los  miembros de este pueblo, por lo que se guarda con total celo en dos museos de Cañar.

En la comunidad de Quilloac está el museo de Lino Pichisaca en donde destacan piezas utilitarias que fueron usadas en diferentes comunidades, antes de la llegada de los españoles. Un trabajo de investigación realizado por Luz Pichisaca muestra las tradiciones de la ancestral comunidad de Sisid.

Para los habitantes de esta zona lo principal era la confección de la ropa. Usaban el telar de cintura, jalaban guango, criaban diferentes animales para después cortar su lana y poder hacer la tela con la que se protegían el cuerpo. En este museo hay una muestra de telares que explica su uso y la fabricación de telas y diseños propios.

En la muestra no pueden faltar algunos objetos que eran utilizados para la cocina. La olla de barro servía para guardar bebidas.  

Aunque todavía existen cañaris que conservan esta tradición, son pocos.

La comunidad de Pacay, su historia y cultura también se reflejan en el museo de Pichisaca Se trata de una muestra de su vestimenta, que siempre ha sido diferente a la de la mayoría de los miembros del pueblo cañari.

La vestimenta utilizada se debe a la ubicación geográfica de esta etnia en un clima más cálido. “El hombre lleva un sombrero de paño, con una camisa blanca y pantalón de tela, mientras que la mujer utiliza un sombrero de tela, una pollera roja bordada y una camisa blanca con líneas bordadas”, explica Pichisaca.

Otra de las características que refleja el sincretismo religioso es que los habitantes de Pacay asisten a festejar las fiestas de San Jacinto de Yaguachi, como tradición.

En cuanto a la comunidad de Huayrapungo, es oportuno resaltar su conjunto de música ancestral de viento y percusión, cuyas huellas, lamentablemente, han desaparecido y han sido sustituidas por instrumentos musicales de países occidentales.

Explica Pichisaca que su indumentaria consistía en un zamarro de borrego, de becerro o de venado, pero de preferencia se inclinaba por el zamarro de color negro, ushutas confeccionadas simplemente con suela y veta, un poncho rojo, una camisa bordada y trenzaban por encima del hombro hacia la espalda un chicote enlatado de dorado, además la cabeza amarrada con un pañuelo rojo, de preferencia floreado que era  cubierto con un sombrero.

Ellos se han aislado de las otras comunidades; parece que fueron mitimaes del altiplano de Bolivia, en tiempos incas y que su origen, a decir de investigadores, sería aymara.

En el museo Edgar Palomeque Vivar hay una muestra de los diferentes instrumentos musicales que pertenecieron a los antiguos cañaris. Una flauta hecha con hueso de animal que es de la cultura Cashaloma. También hay silbatos que fueron creados con barro.  Esto evidencia que la música siempre estuvo ligada a las antiguas civilizaciones, como es el caso de los miembros de Huayrapungo.

Aunque muchos ya no se usan hay rondadores que son ancestrales.

El lutier y músico Luis González, de 61 años, hace instrumentos con carrizo e hilo y elabora la paya, que también es reconocida como un instrumento andino. 

En la época de los cañaris también se utilizaban los tradicionales cuernos que, aunque no eran considerados instrumentos musicales, se los usaba para llamar a la minga o para alertar acerca de reuniones.  También hay muestras en el museo de las conchas con las que también se hacían sonidos para anunciar “algo”.

Solo había instrumentos de aire, hay algunos silbatos que funcionan con agua. (I) 

Artículos

Vestuario

En la comunidad de Sisid se caracterizan por tener a los mejores tejedores con telar de cintura y hacer piezas extraordinarias para vestirse. Aunque los instrumentos musicales los caracterizan.

La música está ligada a los cañaris. Es la  evidencia de que existieron instrumentos musicales antes de la llegada  de los españoles, por ello están  en el museo. 

Importancia

Los pobladores de Cañar atesoran las piezas arqueológicas porque son parte  de su identidad milenaria.

Se trata de instrumentos que forman parte de su pasado.