Ecuador, 26 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Proyecto Sacha ha salvado a más de 110 animales silvestres

Lupe, una osa hormiguera atropellada en la vía a Samborondón, se recupera de varias fracturas. Su evolución es monitoreada.
Lupe, una osa hormiguera atropellada en la vía a Samborondón, se recupera de varias fracturas. Su evolución es monitoreada.
Foto: Lylibeth Coloma / El Telégrafo
02 de noviembre de 2018 - 00:00 - Juan Carlos Holguín

El siseo de las lechuzas se escucha con fuerza desde que alguien se acerca a su refugio, ubicado en la parte alta de un armario. Ahí los doctores han acondicionado un nicho en el que las aves pueden recuperarse y prepararse para el momento en que serán reinsertadas a su hábitat natural.

El sonido, una especie de murmullo gutural potente y constante, lo producen cuando se sienten amenazadas. Por eso están en un punto en el que nadie puede molestarlas, pues para verlas toca subirse a un asiento y empinarse. Ellas se encuentran en su espacio, hecho expresamente para mantenerlas lejos de miradas curiosas.

En la misma sala, en una jaula, permanece Lupe (foto superior), una osa hormiguera que fue atropellada en la vía a Samborondón y sufrió fracturas. Con cuidado le dan sus medicinas, confiando en que podrá recuperarse y volver a la libertad.

Estas son dos de las especies que se encuentran al cuidado del Proyecto Sacha, una iniciativa privada que busca aportar en la conservación de la fauna silvestre.

La veterinaria Eliana Molineros, una de las participantes, explica que desde enero pasado se vio la necesidad de implementar algún tipo de ayuda para estos animales, ya que se ha incrementado el número de individuos que requieren atención médica.

“Nos han llegado cocodrilos, iguanas, osos hormigueros, incluso de otras provincias. Recientemente nos estuvieron reportando un caso de un par de hurones bebés que iban a necesitar atención y estaban en Santo Domingo”.

Según la profesional, la gente está cada vez más enterada de la problemática de la fauna silvestre y los buscan para entregarles especímenes. La Policía de Medio Ambiente también acude a ellos. Por eso tratan de ayudar a todos estos animalitos que, en caso contrario, estarían expuestos al tráfico ilegal y a la muerte.

Varias zarigüeyas huérfanas son cuidadas por los galenos, ellos esperan entregarlas pronto al Ministerio del Ambiente para el retorno a su hábitat.Varias zarigüeyas huérfanas son cuidadas por los galenos, ellos esperan entregarlas pronto al Ministerio del Ambiente para el retorno a su hábitat. Foto: Lylibeth Coloma

Al momento el proyecto tiene cerca de 28 animales bajo su cuidado. “Cuando se empezó a exponer la vida silvestre en redes sociales y la gente comenzó a enterarse de que estos seres están entre nosotros, que su tenencia y el tráfico son ilegales, hemos recibido muchas denuncias. Nos indican que han visto que alguien tiene un animal, que los entregan como mascotas o, en el caso de las tortuguitas, las dan como sorpresas en las fiestas”.

Proyecto Sacha tiene su sede en una clínica veterinaria de Urdesa Central, donde la doctora Molineros y el doctor Rodolfo Gil atienden a los animalitos que les llegan para rehabilitación. Su labor es documentado en fotografía y video por Mónica Cabrera, de Lente Verde. Gracias a ella el trabajo que hacen se está dando a conocer.

En el lugar se estableció un centro de paso, que es donde son atendidos los ejemplares. Desde enero han auxiliado a más de 110 animalitos. “No es un refugio silvestre. El centro de paso es una de las actividades permitidas dentro del Código Orgánico Ambiental (COA)”, aclara la doctora Molineros. “La ley nos habilita exclusivamente para la atención de animales que requieran ayuda médica”.

Recrear su hábitat

Al momento tienen un tigrillo, búhos, iguanas, tortugas charapas, que son del Oriente; hurones bebés, pichones de lechuza, seis lechuzas de campanario, un mochuelo, entre otras especies.

Todos permanecen en jaulas, algunos con suero. Cada uno requiere una atención y una dieta diferente.

Los responsables del proyecto han tratado de recrear el hábitat de cada especie, para que no se sientan invadidas y no se estresen. “El estrés es una de las razones por las que un animal silvestre puede morir en cautiverio”, asegura el veterinario

Rodolfo Gil mientras acaricia y alimenta a cinco bebés zarigüeyas, que permanecen en el lugar a la espera de poder ser liberadas en su ambiente natural.

Trata de no darles nombres para que no sea tan difícil separarse de ellas una vez estén listas para su reinserción a la naturaleza. Sin embargo, es casi imposible no encariñarse con los animalitos.

O con dos hurones bebés, que llegaron hace semanas y lo persiguen cada vez que salen de su jaula. “Tratamos de que no se acostumbren a los humanos. Será su mejor defensa cuando sean liberados”.

Una vez se les da el alta a los pacientes, pasan a la siguiente fase, que es la rehabilitación para ser devueltos a su hábitat (cuando son animales que llevan algún tiempo con los humanos o se recuperan de heridas). Si son juveniles o adultos, pueden pasar directamente a la reinserción.

“Nosotros informamos que el animal está ya de alta y el Ministerio del Ambiente (MAE) se encarga de movilizarlo, hace las conversaciones con el centro que lo va a recibir o a su vez, se encarga de introducir al animal al área que le corresponda”.

Uno de los casos emblemáticos que manejaron es el de un yaguarundí (gato de monte) hallado en Puerto Azul, en la vía a la Costa. Lo rescató el MAE y se los llevó. Tenía una malformación en sus huesos por una enfermedad metabólica causada por la mala nutrición. Al parecer lo alimentaron como si fuera un gatito y nunca le dieron lo que necesitaba: carne, huesos. Estaba en muy mal estado.

“Logramos recuperarlo bastante con una buena nutrición. Sin embargo sufrió un daño que no se va a arreglar al 100% y fue enviado al zoológico Amaru, en Cuenca. Estuvieron dispuestos a recibirlo para cuidarlo como se debe. Pero no es posible que viva otra vez en su hábitat, el daño fue terrible”, puntualizó la doctora Molineros.

Los responsables de Proyecto Sacha realizan una colecta para recoger fondos, ya que no reciben ningún apoyo económico por parte del Gobierno y la atención de los animales es costosa.

Están difundiendo la campaña a través de las redes sociales de la veterinaria Mansión Mascotas, en Twitter, Facebook e Instagram. Se creó además el crowdfunding www.hazvaca.com. De igual forma a través del Facebook y Twitter @ProyectoSacha. Infomes en el 0980390686. (I)

Dos hurones fueron llevados a Proyecto Sacha cuando eran pequeños. Se busca que no se habitúen a los humanos para que puedan ser liberados.Dos hurones fueron llevados a Proyecto Sacha cuando eran pequeños. Se busca que no se habitúen a los humanos para que puedan ser liberados. Foto: Lyliveth Coloma / El Telégrafo

Contenido externo patrocinado