Hace un año y medio el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) trabaja en el proyecto de Epidemiología molecular del virus de papiloma humano (VPH) en el Litoral ecuatoriano.

El director del proyecto, César Bedoya, explica que la investigación tiene el objetivo de encontrar los genotipos de papiloma que circulan en la Costa con una muestra tomada a 300 mujeres. El trabajo es financiado por la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) con un monto de aproximadamente $ 700 mil.

¿Cuál es el propósito de la investigación que están desarrollando en los últimos meses?

El VPH es conocido hoy como el agente causal del cáncer de cuello uterino o cérvix. Tiene muchas variantes, más de 150 conocidas, pero solamente 15 provocan cáncer. Es decir una mujer puede tener el VPH, pero si no tiene las variantes que son oncogénicas, no hay problema. Entonces queremos ver qué tipo de variantes del papiloma circula y cuáles son los que están presentes en la Costa.

¿Qué resultados han obtenido durante los primeros meses de trabajo?

Hay genotipos que no estaban descritos antes en el país y hemos visto que algunos genotipos conocidos en el mundo, como oncogénicos, no encontramos frecuentemente aquí.

¿Por qué surgió la idea de hacer la investigación solo en la Costa?

Primero por montos, era un valor más pequeño en cuanto a financiamiento, además era un programa piloto, pero siempre pensando que iba a ser a nivel de país. Era para tener un justificativo porque el cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte de las mujeres, luego del cáncer de seno.

¿Cuál es la situación en las otras regiones?

Debemos hacer un estudio nacional porque es necesario conocer la situación de la Sierra y del Oriente. Aparentemente el papiloma tiene una distribución heterogénea en el país en cuanto a genotipos, pero se necesita más información para afirmar eso.

¿Qué tan perjudicial puede ser que una mujer padezca de cáncer de cuello uterino?

El cáncer de cuello uterino es un problema que en el país está subvalorado, cada año en Ecuador mueren más de 350 mujeres, lo peor es que es una enfermedad prevenible, muchas de ellas se   hubieran salvado si se hubiesen hecho los exámenes a tiempo. Con este proyecto se podría hacer un trabajo específico para evitar estas muertes.

¿Cuáles son las alternativas de prevención?

La forma más simple y más sencilla es con un papanicolaou, que es una prueba de rutina para toda mujer que tiene una vida sexual activa. Lo que pasa es que no se hacen. El cáncer de cérvix afecta a las mujeres mayores de 30 años, pero se ha observado en el estudio que hay jóvenes, con 20 y 22 años, con cáncer. Eso es interesante porque un cáncer de cérvix toma entre 10 o 15 años en desarrollarse y eso significa que esa chica inició su vida sexual a los 12 o 15 años.

¿Los resultados que ustedes revelarán apoyarán a esa prevención?

El estudio será una pauta para que el Ministerio de Salud Pública tome medidas, se implementen controles y se haga una intervención más fuerte para que la población femenina tome conciencia sobre esta enfermedad.