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La educación a distancia crece con la tecnología

Un grupo de adultos recibe una tutoría en los estudios a distancia. Por lo general, acude cada cierto tiempo para corregir falencias en las  tareas encomendadas.
Un grupo de adultos recibe una tutoría en los estudios a distancia. Por lo general, acude cada cierto tiempo para corregir falencias en las tareas encomendadas.
17 de julio de 2018 - 00:00 - Fausto Segovia

La educación a distancia ha dejado de ser una utopía. En el siglo XXI las nuevas condiciones sociales y políticas plantean nuevas demandas en los sistemas educativos y productivos.

Como resultado -pese a las barreras y el predominio de las instituciones y formas tradicionales de enseñanza-, ahora nadie discute la importancia de esta modalidad, que entra con toda dignidad en la universidad con autoridad académica.

Tres generaciones
Existen tres generaciones de la educación a distancia. La primera usaba el correo como mecanismo para llevar los textos a los alumnos. Comenzaron a utilizar las guías de estudio y la autoevaluación, que sustentaba la enseñanza programada. Nació entonces la figura del tutor. Personaje encargado de resolver las consultas de los estudiantes. Era la época romántica de los años 40 y 50.

La segunda generación dio un salto cualitativo con la incorporación de la radio y la televisión en los años 60, pero siempre como apoyo a los textos. Así, por las nuevas tecnologías, el texto fue generosamente “arropado” por medios audiovisuales, como cintas de audio, las diapositivas y luego los videos.

El tutor utiliza el teléfono, sistema que dura hasta la actualidad.

El uso de las comunicaciones se diversifica en la segunda generación y se identifican cuatro canales como soportes comunes de la educación a distancia: el aula, correo, teléfono y las ondas, con centros de apoyo de tutores y materiales en varias regiones próximas a los estudiantes.

La tercera generación tiene sus raíces en la difusión de los ordenadores personales y los avances de las telecomunicaciones, que permiten prever la recuperación de la comunicación con el profesor -casi equivalente a la clase presencial-, y se refuerza con sistemas masivos de almacenamiento de información, que amplían y transforman el material didáctico al que tiene acceso el estudiante.

Redes telemáticas
La integración de estos elementos facilita la creación de redes telemáticas, que organizan el tráfico de comunicaciones entre estudiantes, autores, tutores, centros de información, bancos de datos, oficinas de empleo, etc.

Estos convierten progresivamente la idea original de educación a distancia, de carácter conductista, en una educación centrada en el estudiante, de raíz constructivista. Dio paso a un sistema de educación a distancia, paradójicamente “presencial”, con métodos avanzados de teleenseñanza asistida. El aula queda así reconstruida en lo que se denomina el entorno del alumno, centro de recursos o aula virtual.

Características
La educación a distancia se  define como el proceso de formación autodirigido por el propio estudiante, apoyado en un material instruccional elaborado en centros distantes de su domicilio.

También se considera como un método o una modalidad de educación por medios impresos, mecánicos o electrónicos -por la separación física entre los alumnos y los profesores- que promueve un proceso de autoenseñanza para obtener objetivos educacionales específicos, con mayor cobertura geográfica que la de sistemas tradicionales presenciales.

La característica general de los estudios a distancia es la “no contigüidad” de profesores y estudiantes, así como: los estudiantes dispersos, por lo general adultos; el autoestudio, mediante sistemas de “aprender a aprender” con apoyo tutorial especializado; entre otros.

La utilidad del saber
Las razones de la fuerte expansión de la educación a distancia, en las naciones desarrolladas y en vías de desarrollo, se deben a los cambios dramáticos de los valores sociales, económicos y políticos de los últimos tiempos.

Estos cambios asignan a la educación de adultos un papel fundamental en el proceso de construcción de sistemas de autogestión y cogestión relacionados con el empleo.

Las demandas de tipos de educación no formal e informal son reales, porque ofrecen soluciones diferentes a las convencionales, y son más apropiadas a las situaciones urgentes que vive la mayoría de la población.

La universidad sin clases surge como una respuesta social a las necesidades esenciales, que tiene que ver con el mejoramiento de la calidad de vida. 

La utilidad del saber, así como la visualización del conocimiento y los títulos universitarios constituyen ahora el mejor canal para acceder a otros niveles. (O)

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