De acuerdo con datos de la coordinadora Regional 6 del Ministerio de Relaciones Exteriores, Ana Lucía Serrano, en las provincias de su jurisdicción existen 3.332 personas en calidad de refugiadas, de las cuales  tan solo en Cuenca hay 2.137.

El 98% es de nacionalidad colombiana, mientras que el 2% restante son ciudadanos de Cuba, Haití, Nepal, Perú y  Siria.

Jaime, de 30 años, es uno de ellos. Llegó a la capital azuaya hace dos años y explica que junto a su esposa e hija tuvieron  que huir de su país Colombia, pues  el sector donde él vivía era considerado “zona roja”, por la constante presencia de paramilitares y guerrilleros.

“Recibíamos amenazas de que si no decíamos el paradero de una persona nos iban a matar. Por eso de la noche a la mañana llenamos unas maletas y decidimos salir del país”, afirmó. Al llegar a Ecuador pensaban vivir en Lago Agrio, sin embargo una persona les recomendó vivir en Cuenca. “Nos dijeron que era una ciudad tranquila”, dijo.

Jaime contó que las amenazas desaparecieron, sin embargo tuvieron que enfrentar nuevos problemas, uno de ellos la discriminación. Según él, del 100% de los cuencanos solo un 20% da trabajo a personas colombianas. “La mayoría dice que somos ilegales o no nos quieren pagar lo justo. Otros dicen que somos guerrilleros”, precisó.

A más de ello debieron enfrentar varios inconvenientes para conseguir un cupo en alguna institución educativa para su hija. “Esas fueron las consecuencias que uno tuvo y tiene que seguir enfrentando por venir de un país con conflictos, pero no por eso nos pueden discriminar, somos gente trabajadora”, añadió.

Esta situación fue corroborada por Sofía Valenzuela, técnica de refugiados. “Trabajo ya varios años con personas refugiadas y doy fe de que son gente emprendedora y muy amigable”.

Señaló que el 99% de las personas que han llegado a la Casa de Acogida es colombiana en situación  crítica.      

Explicó que las personas van al Ministerio de Relaciones Exteriores, donde legalizan su situación de refugiados, y dependiendo del caso acuden a la Casa de Acogida Municipal, la única que existe en el sur de país para darles atención.