Cuenca / Machala.-

Cuenca y Machala viven casi una misma realidad en movilidad. El centro de las dos ciudades está semiparalizado. La primera por los trabajos del tranvía y la segunda porque más de 2.500 comerciantes se han tomado las calles. En la capital azuaya, los embotellamientos se han multiplicado.

“Entrar al Centro Histórico es cuestión de suerte”, dice el conductor Fernando Peña, pero agrega que los trabajos de ahora pueden servir para que la ciudad se vea mejor en el futuro. Sin embargo, no todos tienen el mismo pensamiento.

Para la Cámara de Transporte de Cuenca, que agrupa a 475 unidades de buses, se han alterado los tiempos en los recorridos. “Hay unidades que tardan hasta 30 minutos en hacer su recorrido normal”, dijo su presidente, Wilmer Bravo, agregando que esta situación dio lugar, incluso, a que algunas rutas de servicio hayan sido alteradas, en especial las que utilizan el sector de la 9 de Octubre. Por todos estos inconvenientes la Dirección Municipal de Tránsito de Cuenca restringió los desfiles y eventos deportivos en el Centro Histórico de Cuenca.

Fernando Salazar, director de Tránsito, informó que debido a los trabajos del proyecto Tranvía, que se ejecutan en diferentes calles de la ciudad, se definió un plan de regulación.

Para el alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, este problema irá desapareciendo de a poco. Esta semana constató la apertura al tránsito vehicular de dos intersecciones en el Centro Histórico, tras la culminación de las obras del Tranvía.

El primer personero municipal verificó cómo los conductores usan con normalidad el cruce entre la calle Gran Colombia y Manuel Vega, y la calle Hermano Miguel y Gran Colombia. De igual forma se indicó que  hasta el mes de agosto varias de las intersecciones ya estarán abiertas al tránsito, con lo cual se irá normalizando el tráfico vehicular y desapareciendo los sitios conflictivos que se han presentado.

“Sería bueno que en el futuro se vaya pensando en peatonalizar las calles del Centro Histórico para así evitar todos estos problemas y conflictos vehiculares”, indicó Jazmín Peralta, ciudadana que esperaba pasar de una acera a la otra en la ciudad de Cuenca.

También el sector hotelero es  afectado directamente por estar situado en el centro de la urbe. “Ni el 30% de sus edificaciones logra alquilarse desde hace varios meses. Hay un problema serio en cuanto al funcionamiento del aeropuerto, asimismo, tenemos la informalidad en el servicio y las obras del tranvía, que han dividido a la urbe”, dijo el presidente de la asociación hotelera, Pablo Vanegas.

Comerciantes se toman las calles céntricas

Circular por las calles de Machala, especialmente en el centro de la urbe, se ha vuelto una odisea para los conductores, más aún en horas pico. Esto se debe a dos factores importantes que aún no se resuelven en la capital orense.   

El primero, es la falta de una terminal terrestre (en construcción), y el segundo, el número de comerciantes informales (2.500) que ocupan cerca de 15 cuadras de la totalidad de las calles, ocasionando un problema de movilidad.         

Entre las calles donde se concentra el mayor caos vehicular, especialmente desde las 12:00 hasta las 13:00 y desde las 17:00 hasta las 19:00, están la Olmedo, Pasaje, Sucre, Boyacá, Tarqui, Guayas, Colón, Juan Montalvo, 9 de Mayo y Páez.

En 8 de estas arterias viales están instalados los comerciantes de diferentes productos.

Eduardo Palacios, taxista de Machala, expresó que a diario tiene que lidiar con el tráfico en la ciudad. “Evito cruzar por el centro, aunque por obligación me toca, y me demoro unos 10 minutos para salir”, dice el conductor.

Y es que no solo los comerciantes contribuyen al congestionamiento sino al menos 20 cooperativas de transporte interprovincial e intercantonal, que tienen sus terminales privadas en el casco central de Machala.

Los buses, al intentar ingresar y salir de las miniterminales, obstaculizan el tráfico por varios minutos. Esta práctica se repite al menos cada 10 a 15 minutos en diferentes cuadras donde existen estas estaciones. Sin embargo, este problema está próximo a concluir debido a que, desde el mes de febrero, se construye la terminal terrestre de Machala, donde todas las cooperativas de buses tendrán que pasar, evitando así cruzar por el centro de la ciudad.

La edificación cuesta alrededor de $ 18 millones y está previsto que concluya en octubre de 2017. “Por lo grande que son nuestros buses y los estrecho de las calles, el tránsito se caotiza en el centro de Machala”, dijo en su momento Carlos Silva, dirigente de la transportación en El Oro.

En la capital orense entran y salen 45 mil vehículos diarios y de estos el 65% son carros livianos; el 12%, taxis, el 6%, buses, y el resto, otro tipo de vehículos. (I)