Funcionarios de la Dirección Provincial de Salud de Azuay, acompañados de elementos de la Policía Nacional, efectuaron un operativo de control a los sitios en los que se vende licor, ubicados en los alrededores de la Feria Libre, en Cuenca, y clausuraron cinco de ellos.

El objetivo de la medida fue encontrar y decomisar bebidas alcohólicas que no cuenten con los registros sanitarios necesarios.

Esto tras el problema de salubridad pública ocurrido esta semana en la capital azuaya, donde dos personas fallecieron y otras ocho fueron hospitalizadas a causa de la ingesta de licor adulterado con metanol.

El hecho se produjo el sábado anterior durante la celebración de una fiesta de cumpleaños en el barrio Los Cantones, a la que un invitado llevó la bebida como regalo.

Uno de los afectados, un joven de 17 años, ya fue dado de alta, mientras que otros cuatro  permanecían hasta el mediodía de ayer en las unidades de cuidados intensivos de casas de salud de Cuenca y también de Azogues, en la provincia de Cañar.

Durante los controles efectuados en los alrededores del mercado cuencano, las autoridades incautaron licor almacenado en canecas, que se expendía en algunas casas convertidas en cantinas. En esos lugares se pudo constatar, además, las pésimas condiciones de higiene existentes