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El Telégrafo

Los daños de las lluvias se extienden a más cantones

Los daños de las lluvias se extienden a más cantones
29 de marzo de 2012 - 00:00

Las intensas lluvias afectan, especialmente ahora, a la provincia de Los Ríos. En un comunicado, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) informa que la carretera estatal Jujan-Babahoyo-Quevedo-Santo Domingo está parcialmente bloqueada por la crecida de los ríos Babahoyo, Clementina y Catarama.    

Esta es la principal ruta que toman los transportistas que salen de Guayaquil y se dirigen a Quito. Y es que la medida se toma luego de que la mañana del martes las lluvias arrastraran los vehículos que se encontraban en la vía Babahoyo-Quevedo.   

Los conductores fueron empujados junto con sus carros y debieron nadar para salvar sus vidas, según lo evidencian las imágenes captadas por ciudadanos que se encontraban en el lugar. 

La inundación también afecta al vecino Jujan, en la provincia del Guayas. En este cantón el río Amarillo se desbordó, por lo que están afectados los barrios ubicados en la ribera del afluente. 

Mientras que el desbordamiento de los ríos Caracol y Babahoyo mantiene anegadas las parroquias rurales El Salto y Barreiro, en la capital fluminense. En estos sitios, los habitantes de esos sectores, donde predominan las construcciones de caña, viven desde hace tres semanas con el agua hasta la cintura.

Francisco Amaiguana, morador de Barreiro, trabajaba en una estructura para levantar sus pertenencias. Él se niega a dejar su hogar pues teme que los ladrones se roben sus enseres. “Hay casas que ya han sufrido robos, aunque parezca mentira; los bandidos andan en canoas y aprovechan las horas en que no hay gente para entrar y llevarse lo que pueden”, lamenta el agricultor que perdió sus sembríos de arroz.

La alcaldesa de Babahoyo, Kharla Chávez, entregó raciones alimenticias a los afectados de esa parroquia, pero los productos resultaron insuficientes para atender la demanda.  

La burgomaestre se comprometió a entregar las provisiones, que tenían productos como arroz, azúcar, granos, atún, fideos y agua potable.

En una situación similar están los moradores del recinto La Chorrera, que está ubicado en el redondel que conduce desde Babahoyo a los cantones Puebloviejo, Baba, Quevedo, entre otros.    

En la zona urbana, la afectación por las lluvias mantiene inundada la Universidad Técnica de Babahoyo y el barrio San Pablo, que está junto al complejo universitario.  

Ayer, el ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, visitó la capital fluminense para analizar la situación en la subestación La Chorrera, que es la que abastece de electricidad al 60 por ciento de la provincia y al vecino cantón guayasense de Jujan.

Según información de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos de Los Ríos, hasta el 22 de marzo se habían registrado 1.216 evacuados con un incremento diario de 50 a 60 personas, que son trasladadas de las zonas de peligro a los cuatro albergues ubicados en Babahoyo y otro localizado en la vía a Montalvo.    

Jujan

En una sesión de Concejo Cantonal, el alcalde de Jujan, Jorge Herrera, analizó las acciones a tomar para atender a los afectados.   

Julio Villacrés, habitante del barrio Gruta de la Virgen, señaló que la crecida del río Amarillo los mantiene en zozobra pues ante cada lluvia fuerte temen que el agua suba más del nivel que ocupa ahora, que son cerca de 50 centímetros.

Otros sectores anegados son los barrios 13 de Noviembre, Barrio Lindo, y el sector colindante con el malecón, donde está ubicado el mercado municipal.

Por otro lado, en Pedernales la gente que fue evacuada por el taponamiento del río Coaque empieza a regresar a sus hogares luego de que el canal de desagüe empezara a funcionar. No se han producido nuevas lluvias en el lugar.    

Cuenca

Mientras tanto, la capital azuaya se recuperaba ayer del fuerte aguacero que cayó en la tarde del martes y que dejó dos muertos y grandes daños materiales.

Uno de los fallecidos es Gilberto San Martín, de 50 años de edad. Él  perdió la vida en el sector de Huizhil  Alto (oeste de la ciudad) cuando se encontraba en su casa de madera que fue aplastada por un cerramiento de ladrillo, el cual se derrumbó a consecuencia de un deslizamiento.

San Martín se encontraba descansado en su habitación debido a que trabajaba en la noche en una pollería de la ciudad. Junto a él se hallaba su esposa, Mariana de Jesús Ramón, quien se encuentra internada en el Hospital Regional en estado crítico, ya que sufrió fractura en los brazos,  piernas y columna luego de soportar  con su cuerpo el peso de los escombros.

Jacinto y Jesús Ramón, cuñados del fallecido, también presentan lesiones en su cuerpo al haber sido parte del rescate, debido a que la estructura de madera los golpeó. Los dos se recuperan en casas asistenciales.     

Otro de los sectores que fueron afectados por el mal temporal es el Salado (Sur de Cuenca). El desborde en la quebrada del mismo nombre causó inundaciones que llegaron hasta un metro de alto en las casas aledañas. Allí al menos cinco carros fueron cubiertos por el agua.    

Al suroeste de Cuenca, en el sector de Barabón, otra persona murió debido a los deslizamientos. Se trata de Juan Polibio Chicaiza, el propietario de un vehículo que quedó atrapado por los escombros cuando intentaba sacar pertenencias de una casa que había colapsado. Su cuerpo fue hallado la tarde de ayer.

Los afectados fueron evacuados a dos albergues. En lo correspondiente a los ciudadanos de Huizhil, la escuela Cornelio Crespo acoge 105 personas de 19 familias, en cambio en el Salado otra institución educativa alberga a un número aproximado de 120 cuencanos.

“Solo pude sacar unas cobijas y unas ropitas de mi casa. Esperamos que nos ayuden a recuperar cosas de nuestros hogares porque somos gente pobre”, sostuvo Carmen Encalada, una de las damnificadas de Huizhil.

El alcalde Paúl Granda  hizo una inspección de los lugares afectados por los deslizamientos y manifestó que se espera desalojar lo antes posible a los ciudadanos, ya que se prevé que las lluvias continúen. “Por ahora creemos que no es posible que las personas sigan asentadas en el sector de Huizhuil porque esto es una bomba de tiempo y en cualquier momento la tierra puede venirse abajo”, sostuvo.

 

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