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Grandes plumas: Remigio Romero y Cordero

Página cinco de la Revista de Diario EL TELÉGRAFO Semana Gráfica, año 193
Página cinco de la Revista de Diario EL TELÉGRAFO Semana Gráfica, año 193
Fotos: Archivo / El Telégrafo
06 de enero de 2019 - 00:00 - Juan Calderón Fuentes

La tristeza del sol

Treinta siglos de edad tenía el sol entonces,
y en plena juventud estaba el sol...Yo era
el sumo sacerdote y el príncipe, en la isla
heliocrática de Helianta…

La gran sacerdotisa se llamaba Helia Pyria…
Catorce abriles vírgenes florecían en Helia…
Y era tal su hermosura, que el sol – para poder
mirarla hasta de noche- se reflejó en la luna…

La ley del culto heliólatra
me mandaba no amar a la sacerdotisa,
mas yo la amé...Venido el solsticio primero,
en el bosque sagrado canté mi himnario erótico;
y, en el otro solsticio, Helia Pyria me amó…
Al primer equinoccio, le besé en las pupilas;
al segundo, en la boca;
y, el día de un eclipse total, la sombra cómplice
sintió el epitalamio...

Inventé nuevos ritos:
hundir puñales de oro en pechos de paloma,
cuando era el perihelio o cuando era el aphelio;
hacer agua lustral del agua en que quedara
aprisionada el último arco – iris del invierno;
beber, a grandes tragos, zumo de girasoles,
brindando por los dos crepúsculos del día;
deshojar heliotropos durante los eclipses;
cantar todas las noches la ausencia de la luz;
pronosticar el tiempo, la guerra y la victoria,
rasgando la garganta de los gallos del templo;
y besar las pupilas de la sacerdotisa
a la hora del levante, a la hora del cenit,
a la era del poniente.

Qué hermosa era Helia Pyria...En las danzas hieráticas,
sus ojos se extasiaban en mis ojos; sus manos
se unían a mis manos; y ya no pude más:

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Algo más del personaje

Talleres Gráficos Nacionales - Quito, año 1952. Pintura de B. Mideros.

Se graduó de Bachiller en el Colegio Nacional Benigno Malo en 1912, ingresó a la Facultad de Jurisprudencia en la Universidad de Cuenca, obtuvo su título de abogado en 1916.

Desde el año 1931 tuvo una producción prolífica con sus poesías a pesar de sus cargos en la Función Ejecutiva. Un año más tarde, 1932, escribió hasta que llegó su consagración.

Su pináculo poético lo consiguió al ser coronado poeta en las fiestas de Quito en el año 1932.

Para 1933 era el poeta más reconocido de la nación, los Diarios querían su colaboración pero no aceptó. Sin embargo su vida cambió en los cargos públicos, que ostentó durante dos años. Eso lo enemistó con personajes de la época, como Velasco Ibarra. Así lo detallan cronistas, convirtiéndose después en su mayor y más cercano opositor.

Por complicaciones derivadas de su desempeño en la política decidió radicarse en Colombia. Trabajó en medios como El Tiempo de Bogotá. No se adaptó en ese país y regresó a Ecuador, en esa época se dedicó por completo a la poesía. (I)

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Nació en la “Sultana del Café”, Jipijapa (Manabí), el 16 de noviembre de 1907. Hijo de Francisco Carbo y de Rosario Vargas. Estudió la primaria en la escuela Daniel López. Más tarde la familia se trasladó a Portoviejo. En esa ciudad lo matricularon en el colegio Olmedo. Luego de algunos sucesos en la capital manabita sus padres lo enviaron al internado del Normal Juan Montalvo en Quito, ahí culminó los estudios. A

Nació en Ambato el 24 de enero de 1892. Desde su juventud se caracterizó por ser un excelente escritor, de ahí que colaborara con importantes revistas y periódicos del país, entre ellos diario EL TELÉGRAFO. En su hoja de vida consta, entre otras actividades, su activa participación en grandes eventos históricos de la patria, entre ellas, la Revolución Juliana acaecida en 1925. Homero Viteri falleció en Santiago de Chile, el 10 de noviembre de 1976.

Lamentamos en esta edición, sección Hemeroteca, no contar con la fecha de nacimiento como es característico de este trabajo serial, y la de su fallecimiento que ocurrió en 1946, pero tampoco contamos con el mes y el día. De esta última tenemos la seña de que fue en un carnaval (supuestamente febrero), escrito en un artículo denominado “Valiosos periodistas que pasaron por esta redacción”, 1954. Pero podemos decir con certeza que fue parte de la plantilla de diario El Telégrafo.

El literato, poeta y cronista, hijo de Pantaleón Zamacois y Victoria Quintana, nació en Pinar del Río, Cuba, el 17 de febrero de 1873. Familiar de historiadores, músicos, pintores, actores y escritores españoles y franceses. El retorno de sus padres a Europa, cuando tenía tres años, enlazaron culturas que fortalecieron su intelecto. Fue observador de guerras mundiales y la revolución de su patria. Muere en Argentina, el 31 de diciembre de 1971.

El redactor e historiador del Decano de la Prensa Nacional nació en Guayaquil el 20 de octubre de 1863 en el hogar formado por Alcides Destruge y Carmen Illingworth. Fue un pensador liberal convencido por el cual se enroló como un soldado más, para liberar a Guayaquil, en compañía de Eloy Alfaro. A la fundación del diario en 1884 fue llamado a integrar la redacción. Falleció el 26 de febrero de 1929.

El escritor y diplomático ecuatoriano nació el 1 de junio de 1872, en Guayaquil. Hijo de Juan Bautista Elizalde y de doña Francisca del Rosario Gómez, desde el inicio de su carrera como abogado demostró su sapiencia en el exterior, donde reflejó el potencial del comercio de Ecuador en pleno auge cacaotero, así como su predisposición para conseguir ayuda internacional. Fue un insigne colaborador para el Decano de la Prensa Nacional. Falleció el 1 de agosto de 1952.

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