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Grandes plumas: Constantino Mendoza Moreira
Atentos a ofrecer todas las manifestaciones de arte, nos es grato dar novedad a esta página con la última producción musical del eminente compositor manabita Constantino Mendoza M.
De sobrado prestigio goza ya este artífice del pentagrama que ha encantado a los oídos con piezas tan bellas como “Atardecer”, “Ojos glaucos” y “Ya va a llegar el día...”, y que ha conseguido adueñarse del sentimiento nacional haciendo populares músicas tan nuestras de aire indígena como “Canción de los Andes” y el pasillo “Tengo celos”.
Mendoza es un renovador y depurador de las melodías patrias; y su espíritu inquieto gira sobre la infinita gama rítmica, componiendo con igual inspiración desde piezas de moderna y compleja armonización debussista, hasta las más sencillas melodizaciones del folklore autóctono y los más puros cantos infantiles.
Esta hermosa composición, que Mendoza dedica a SEMANA GRÁFICA, ratificará frente al piano el crédito del exquisito artista manabita.
La página seis de la revista SEMANA GRÁFICA es un pentagrama de Añoranza, 1934. Foto: Archivo / El Telégrafo
Algo más del personaje
La proyección de su vida y música
A los doce años dominó el piano. Siempre se reunía en familia a cantar.
Se desempeñó como profesor de este arte en diferentes colegios, especialmente en el Olmedo y Montúfar, de Quito.
Por el cariño y aprecio de los ciudadanos de donde nació, lo erigieron como su representante a la concejalía de su ciudad en el año 1925.
Su arte lo llevó a grabar a los estudios de la prestigiosa RCA en New York, Estados unidos, a fines de la década de los 50.
Sus composiciones más conocidas son Atardecer, Añoranza, la Canción de los Andes y Caricia.
En su trayectoria musical compuso más de cuatrocientas melodías de todos los rincones de la patria.
Cantó a la patria, montes, ríos, nevados y a la raza aborigen. (I)