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Grandes plumas: José Joaquín Pino de Ycaza
EN EL CINE
Ayer, a mi lado miré en el cinema
a una linda chica vestida de gris,
er tailleur de moda, con los guantes crema
chapeau feátre plomo como el escarpín.
Una rosa roja junto a la cintura
en la mano un junco de puño marfil
en el artificio “mal” de su apostura
encarnaba todas las gracias del “film”.
Rodaba en la penumbra una acentuada
historieta amoral y amartelada
se daba a Ronald Vilma en el ecrán.
Súbito aquella mi vecina extática,
loca por la caricia cinemática
se me estrechó amorosa y sensual.
J. J. PINO de YCAZA
Extracto de un texto de J.J. Pino de Ycaza, que se publicó en la revista Semana Gráfica. Foto: Archivo / El Telégrafo
ALGO MÁS DEL PERSONAJE
SU TRAYECTORIA
Desde la temprana edad de 14 años compuso versos, por lo que se ganó el reconocimiento en el grupo de poetas modernistas. Esto no lo vio con buenos ojos su padre, que deseaba otro horizonte para su hijo.
Tres años más tarde, 17 años, se dio a conocer en otros lares, especialmente en la ciudad de Quito. En esta época conoció a sus futuros amigos de diario EL TELÉGRAFO: Medardo Ángel Silva y José de la Cuadra.
En 1921 trabajó en diario EL TELÉGRAFO, en donde Adolfo H. Simmonds tenía un puesto jerárquico.
Al interior del Diario, en 1928, colaboró en varias revistas, especialmente en “Páginas Selectas”, que se imprimía en Diario EL TELÉGRAFO.
A mediados de la década de los 40, volvió a su espíritu originario de los poetas. Su retorno lo hizo con obras, entre las que destacan: “Romance del General Eloy Alfaro”. Diez años después volvió al pináculo de la literatura y obtuvo su reconocimiento. (I)