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Grandes plumas: José Antonio Campos
José Antonio Campos, nuestro popular Jack the Ripper, nació en Guayaquil hace exactamente un siglo. Como periodista, se inició en un semanario humorístico muy popular en 1887, que se llamaba: “El Marranillo” y siempre reflejaba la actualidad política.
Colaboró también en Diario EL TELÉGRAFO, “Diario de avisos”, “El grito del pueblo”, “El Cóndor”, “El Tiempo”, “El Independiente”, “El 9 de Octubre”, “América Libre” y “El Universo”.
Sus crónicas se caracterizaron por la precisión de su estilo, la lógica de su pensamiento y el amplio dominio de la lengua castellana, lo que hizo que impartiera con éxito la cátedra de Literatura, en el Colegio Vicente Rocafuerte.
Como costumbrista es inolvidable en nuestro país y conocido en toda América. En este plano, la crítica social era la tónica dominante de sus escritos.
Sus crónicas se recopilaron en varios tomos. “Rayos Católicos” y “Fuegos fatuos” se agotaron de inmediato...
ALGO MÁS SOBRE EL PERSONAJE
Sus notas periodísticas
Colaboró en Diario EL TELÉGRAFO, “Diario de avisos”, “El grito del pueblo”, “El Cóndor”, “El Tiempo”, “El Independiente”, “El 9 de Octubre”, “América Libre” y “El Universo”.
Sus crónicas se caracterizaron por la precisión de su estilo, la lógica de su pensamiento y el amplio dominio de la lengua castellana, lo que hizo que desempeñara con éxito la cátedra de Literatura, en el Colegio Vicente Rocafuerte.
Como costumbrista es inolvidable en nuestro país y conocido en toda América. En este plano la crítica social era la tónica dominante de sus escritos.
Su labor periodística en varios medios le dio notoriedad entre la población. Ejerció el cargo de Consejero Municipal desde 1913 hasta 1923.
El presidente José Luis Tamayo propuso que le otorgaran la condecoración Nacional al Mérito de Primera Clase. Su obra “Historia Documentada de la Provincia del Guayas” fue reconocida por su contenido.
Fotografía tomada de la página web de la Enciclopedia del Ecuador, de Efrén Avilés Pino. Foto: Archivo / El Telégrafo