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Somos un país de cábalas

Somos un país de cábalas
08 de junio de 2014 - 00:00 - Redacciones EL TELÉGRAFO

En la final de la UEFA Champions League, los jugadores pasaron de largo por la copa, casi sin mirarla. Dicen que el equipo que toque la copa antes del partido no obtendrá el triunfo.

En aquel Maracanazo inolvidable de 1950, cuando los uruguayos salieron con camisetas nuevas al segundo tiempo porque “los campeones debemos lucir bien”. Ganaron 2-1 a los brasileños en su propio país. Desde entonces Brasil cambió su uniforme de uno totalmente blanco a la camiseta verde-amarela que aún mantiene.  

‘Mis amores’ se leía en la camiseta del Chucho Benítez cada vez que metía un gol y se la levantaba mostrando una foto junto a su esposa y sus 2 hijos. Ahora Antonio Valencia le dedica los goles a su entrañable amigo y a su hija Domenik: sus nombres los tiene tatuados en ambos brazos.

Y quién podría olvidar al ‘Spiderman del fútbol’: Otilino Tenorio quien celebraba con toda la sonrisa y se colocaba una máscara como la del Santo.

Muchos hinchas coinciden: “Jugadores de todas partes, entran a la cancha con el pie derecho o saltan 2 veces”. Hay quienes se santiguan aunque no sean católicos o arrojan sal al campo enemigo.

En fin… cábala es cábala.

Y según Gershom Scholem, es la tradición de las cosas divinas, que aparece en la historia del judaísmo.

 

TESTIMONIOS

 

AMBATO: El primero en llegar al taller de don Genaro, no paga

Hay cábalas y hay cábalas. Y la de Genaro Vargas merece especial atención. Este zapatero y ‘fregador’ de 70 años, reside y trabaja en el centro de la ciudad. Su taller está ubicado en las calles Quito y Solano, muy cerca de la Plaza Cívica Urbina.

Y desde ahí, empiezan sus buenos augurios: “El día que juega la ‘Tri’, a la primera persona que viene a mi local a solicitar el arreglo de cualquier tipo de zapato: tacones, mocasines, botas, escolares, de trabajo o deportivos, la reparación le sale gratis”. Nunca formó parte de un equipo de fútbol importante, pero ama este deporte y le encanta ver los encuentros del Mundial: “Cada selección se esfuerza durante 4 años para demostrar en un día lo que mejor sabe hacer”.

Ah! pero la cábala también la aplica para el primero que llegue con alguna luxación, lumbalgia, torcedura u otra dolencia del sistema óseo. El afortunado recibirá atención médica y asesoría sin costo.

Y es que su local además de ser un taller de zapatería es un centro de curaciones.

Según Vargas, el trabajo gratuito atrae la buena suerte en los resultados de cada partido, lo ha comprobado con los últimos 4 mundiales.

Los días de los partidos, su taller se llena de personas —especialmente deportistas— que también han convertido en una cábala recibir el arreglo de calzado o los masajes ‘descontracturantes’ en esos días.

“Don Genaro ya es conocido por esta tradición que lleva años. El día de los encuentros, todas las calles de la ciudad están vacías, excepto la Solano, donde tiene su taller, muchos preferimos ver o escuchar los partidos de la selección ahí, antes que en un bar o en las casas”, dice Lorenzo Bolaños, jugador de fútbol barrial.

Para completar el ritual, todos los fanáticos que se dan cita en el taller de don Genaro ‘hacen vaca’ para comprar comida, algún abrebocas que mitigue los nervios y la ansiedad. Durante los 90 minutos, los hinchas se cruzan papas fritas, chochos con maíz tostado o mote con chicharrón.

 

CUENCA: Los amigos de siempre son los de la suerte

Para el cuencano, Rómulo Ortega, el fútbol es su pasión, al igual que sus hijos y nietos. En una de las vitrinas de su negocio hay una foto en la que está con el ‘Rey Pelé’. “Fue en 1993 cuando Cuenca fue sede de la Copa América”, cuenta orgulloso.

Tiene 72 años, de los cuales 58 lleva sin perderse los Mundiales de fútbol y aún recuerda el que se realizó en Suiza y pudo escuchar por radio.

“No había televisión, entonces mi mejor amiga era la radio, que nos informaba brevemente sobre la cita mundialista, recuerda Ortega, mientras atiende a los clientes en su casa deportiva, a donde llegan sus amigos de siempre para hablar de fútbol. Por eso, ellos son su única cábala

“Si ellos no aparecen me encierro acá en mi trabajo y veo los partidos”, indica. Rómulo Ortega es integrante del Amistad Club y bajo su coordinación está el ‘Mundialito de los Pobres’, un campeonato barrial de indor que llama la atención en Cuenca.

Ortega recuerda mucho la Copa de México 70, “porque vi jugar a Pelé”. También le traen recuerdos el Mundial de Argentina y muchos más, cuando la selección nacional debutó en estos torneos en Corea y Japón. “Ahora que Ecuador llega a su tercer Mundial tengo muchas esperanzas en el país”. Ya mandó a confeccionar las ’casacas ecuatorianas’ para vender durante el torneo Brasil 2014.

 

MANTA: Gracias a don Paco Picoazá es mundialista

Francisco Suárez es el boticario de toda la vida en Picoazá, poblado situado a 20 minutos de Portoviejo. Este hombre, de 81 años, es uno de los   habitantes más queridos, sus clientes dicen que sus recomendaciones son sagradas. “Siempre tiene el remedio, su palabra es más efectiva que la de un doctor”, cuenta entre risas su hijo John.

Desde hace 4 años, don Paco, como es conocido, ha ahorrado dinero para irse al Mundial de Brasil. “Ahorrar $ 10 diarios no es fácil, pero así he cumplido mi sueño”. Y siempre en la misma alcancía de madera tallada. Esta es su cábala. No se ha perdido ni un Mundial desde el 58.

“Yo no tengo dinero, como todos pueden ver mi familia es humilde, pero me he esforzado”, indica don Paco, quien con pena dice que este será su primer Mundial sin su amada Delia Molina, que falleció 3 años atrás. “Ella me acompañó a todos los encuentros. El que más nos gustó fue el de Italia 90… qué bella ciudad”, resalta. Solo se perdió el de Sudáfrica 2010. Su esposa enfermó.

Francisco cuenta que en México 86 saludó a Diego Maradona. “Fue fantástico. Gran jugador y humilde”. Uno de sus mayores placeres, dice, fue ver jugar al brasileño Mané Garrincha. “Lo recuerdo mucho en los Mundiales de Suecia y Chile”. A Brasil llevará pancartas de Garrincha y de la ‘Tri’. Su pronóstico: La ‘Canarinha’ será la selección campeona y Ecuador se ubicará cuarto.

 

QUITO: Un padrenuestro antes de cada partido

Bien puesto su mandil blanco, que deja ver su camisa y corbata, Eduardo Pinto recibe a su primer cliente en la peluquería Amazonas Unisex, ubicada en los bajos del Palacio Presidencial. Lleva con delicadeza la afilada navaja por el rostro del cliente. Una, dos, las veces que sean necesarias, rasura la gruesa barba hasta que ya no quedan rastros de ella. Unas toallas calientes y un poco de colonia en la cara y listo.

Muchos pasan por la calle echando una ojeada al tradicional lugar. Otros se detienen y con sonrisas miran a Eduardo mientras trabaja. Por sus asientos han pasado muchos personajes de la palestra pública, como presidentes de la República.

Eduardo Pinto, de 75 años, trabaja como peluquero ya 60 años, y 49 en Carondelet. Ha observado los partidos de la ‘Tri’ en su pequeño televisor. Y cuando habla del Mundial, sus ojos parecen los de un niño. “Mi cábala es Dios, que Dios nos ayude”. Su ritual es rezar un padrenuestro antes de cada partido con toda su fe “para que haya positivismo”.

Cree que el triunfo en un partido de fútbol depende de un 80% a 90% de la suerte: “Se juega bastante bien y no se hacen goles. Hay equipos que juegan mal y hacen goles y le ganan al más bueno”.

Cuando la Selección hace un gol, todos en la peluquería se ponen eufóricos. Las alegrías y tristezas que traen los encuentros futboleros los comparte con sus clientes, que si tienen tiempo a su favor, se quedan en la peluquería hasta el pitazo final.

 

EL ESPECIALISTA

Bruno Stornaiolo / psicólogo clínico

“Las cábalas dan cierto descanso al aficionado”

1. Ecuador es un país de cábalas porque la gente cree en estas cosas, cree en fuerzas superiores.

2. Las cábalas pertenecen al mundo de la tradición, de la superstición y de la motivación.

3. Las personas necesitan una fuerza extra, una fuerza adicional. El ser humano busca creer en algo superior porque reconoce su propia debilidad.

4. Estos rituales tienen su antecedente en la historia del judaísmo. Más tarde se incorporaron al Ecuador.

5. Muchos dicen no creer en las cábalas, pero aun así las aplican.

6. La cábala más común es que los jugadores, católicos o no, se santigüen al inicio de cada encuentro.

7. Las cábalas motivan, dan seguridad y tranquilidad.

8. Creo que hay fuerzas que el ser humano no conoce. Los católicos creen en que ‘la fe mueve montañas’.

9. La cábala le da cierto descanso al aficionado porque cuando mira el partido se pone tenso. Pasa a otro la responsabilidad —a ese ser supremo— y disminuye su tensión.

10. Las cábalas son distintas en cada país. Santa Lucía, en España, es considerada la ciudad con más supersticiones.

Fotos: Roberto Chávez, José Luis Llivisaca, Mario Rodríguez, Santiago Aguirre. Ilustración tomada de la colección de afiches de ESPN para el Mundial de Brasil 2014

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