“Perdón Ecuador por no clasificar, lo dimos todo, se los digo de corazón”. Es 25 de junio de 2014 y Christian Noboa ha soltado, triste y nostálgico, la frase en su cuenta de Twitter minutos después del empate a cero ante Francia, traducido en la eliminación de la Selección ecuatoriana del Mundial de Brasil. El tuit tiene un gran impacto (7.866 réplicas y 5.575 veces marcado como favorito) porque quien lo publica no es otro que el jugador que simboliza el esfuerzo y el sacrificio del equipo –valores que no todos vieron– al salir del campo de batalla en el enfrentamiento ante los ‘bleus’, con la cabeza rota luego de chocar contra el mediocampista francés Balise Matuidi.

El número 6, que juega de doble 5, se retira acongojado por segunda ocasión –antes le aconteció ante Suiza– en su primera experiencia mundialista, porque la camiseta que representa y muestra ensangrentada no volverá a verse en los campos brasileños, a diferencia del resto de telas de los conjuntos sudamericanos.

Noboa enfila para el camerino y en el paso es interceptado por algunos futbolistas franceses que en inglés y con el ánimo de consolarlo le dicen que Ecuador mereció mejor suerte. Él asiente por respeto y por igualdad de conceptos. “Teníamos equipo para pasar a octavos y pelear con Argentina”, dice.

Es la última vez que canta el himno en Brasil 2014 –“una experiencia espectacular y única que te da el fútbol por defender a tu país”– y la última vez que escucha sorprendido los gritos de la hinchada ecuatoriana que lo hacen sentir como si estuviese en el estadio Olímpico Atahualpa.

De regreso a Guayaquil, junto a su familia, que lo acompañó durante el campeonato, y recuperado de los golpes, Noboa abre las puertas de su casa, la de sus padres.

El partido entre Brasil y Colombia por los cuartos de final terminó hace unos minutos, y el volante del Dynamo de Moscú se presta para un diálogo analítico y revelador sobre la actuación de la Tricolor en el Mundial.

Pisando o abrazando una brazuca –la pelota oficial del mundial– se perfila para meterse en el diálogo.

¿Ecuador cumplió o quedó debiendo?

Al final, el resultado es lo que vale. No pasamos de ronda y eso no es positivo, sobre todo porque teníamos equipo para llegar más lejos, pero un error contra Suiza perjudicó nuestra presentación en el Mundial.

Después de marcar el 1-0 se notó un claro retroceso de las líneas del equipo. ¿Fue un pedido del entrenador, ustedes decidieron hacerlo o el rival, en su incesante búsqueda del empate, los fue empujando contra su arco?

Con el 1-0 nos metimos atrás porque Suiza adelantó sus líneas, empezó a salir, un doble 5 avanzaba con pelota dominada, debimos presionar más arriba, pero como no lo hicimos cuando era necesario pensamos que lo mejor era seguir así hasta que finalice el primer tiempo. Recién reaccionamos cuando nos empataron, ahí tuvimos el balón, creamos llegadas, pero al final ellos tuvieron la jugada del gol.

Pasó algo similar con Holanda e Inglaterra en los amistosos…

Sí, con Holanda nos metimos atrás después del gol y anduvimos bien en defensa, aunque terminamos empatando. Con Inglaterra hicimos lo mismo, marcamos y luego esperamos, hasta que nos dieron la vuelta el resultado y decidimos salir de nuevo y empatamos otra vez.

¿El entrenador pidió en algún momento especular con el resultado?

Él nunca nos dijo “metámonos atrás, vamos a defendernos”, siempre ha pedido que vayamos para adelante. Pasaba por nosotros inconscientemente esperar atrás por la presión del rival. Él sí nos decía que presionemos en la mitad de la cancha o adelante. O a veces, si a un equipo le gustaba jugar largo, el profesor nos indicaba que marquemos en 3/4 de cancha, que lo dejemos tener la pelota para ver qué buscaba.

Los equipos que pierden el primer partido en el Mundial normalmente no avanzan a octavos. ¿La derrota les hizo pensar que la clasificación estaba perdida?

Teníamos en mente que podíamos pasar ganando los 2 partidos pendientes, pero cuando vimos que también dependíamos de otros resultados y de ganarle a Francia por 2 goles, se complicó la tarea. Ahí nos dimos cuenta más que nunca que con el empate ante Suiza estábamos adentro.

¿Qué pasó en la última jugada del debut? ¿Qué movimientos se ejecutaron mal? ¿Quiénes se equivocaron?

Cuando te hacen un gol es por una cadena de errores, debimos haber cerrado el partido, quedarnos atrás los 4 defensas y los 2 volantes de marca bien plantados; pero salió Paredes, hizo un desdoblamiento con Antonio (Valencia), que dio el pase a Arroyo. Y que Arroyo haya pateado o no puede pasar, pero 6 jugadores se quedaron lamentándose; Gruezo trató de hacer una falta y yo no llegué pese a los intentos que hice. Faltaban solo 30 segundos, nos emocionamos pensando en un gol, cuando debimos dejar que los delanteros hagan lo suyo y nosotros quedarnos atrás.

¿Cómo superaron ese bajón anímico por la derrota y cuánto tiempo les llevó?

La verdad, fue duro. Ahí lo importante fue el día libre que nos dio el profesor para compartir con nuestras familias. Nos quitamos el estrés junto a los niños y las esposas, ellos lograron que nos olvidemos de ese mal momento y dijimos: vamos, que se vienen 2 partidos que debemos afrontar como finales.

¿El partido con Honduras fue más difícil de lo que se esperaba? ¿Sorprendió la actitud del equipo de Suárez?

Fue durísimo, mucha gente decía que debía ser fácil ganarlo, pero nos metieron mucha presión, todo el partido lo hicieron. No fue un partido de técnica, sino más bien físico y como nosotros somos fuertes, pudimos hacer la diferencia pese a comenzar perdiendo.

Así lo hicimos con Suiza también; si hacíamos ese segundo gol y nos cerrábamos bien, también nos habríamos llevado los 3 puntos.

La diferencia entre los 2 partidos es que contra Honduras comenzaron perdiendo, aparte venían de perder ante Suiza. ¿Se atemorizaron porque vieron que el Mundial se ponía cuesta arriba?

Claro que sí, fue duro. Estábamos jugando bien contra Honduras y llegó ese gol por una desconcentración, nos quedamos viendo y dijimos: “vamos a darle vuelta como sea”. Por un gol no íbamos a cambiar nuestro estilo de juego de presionar arriba y lo hicimos.

Describe el partido ante Francia...

!Ese partido! Nos costó muchísimo quedarnos con un jugador menos, así como pasó ante Colombia en Barranquilla (en la decimoquinta fecha de las Eliminatorias, Gabriel Achilier salió expulsado), pero demostramos que podíamos jugar de igual a igual, que queríamos ganar el partido. Buscamos el gol y le creamos jugadas ofensivas a una potencia como Francia, pero no alcanzó.

¿Fue el mejor partido de Ecuador en el Mundial?

Pienso que sí. Sobre todo porque estábamos con uno menos y aguantamos muchas arremetidas de todos y no nos marcaron.

¿Qué le dolió más al plantel, la derrota ante Suiza o el empate con los franceses?

Todo. La eliminación se basa en todo: En el gol que nos hizo Suiza, el no poder marcarle a Francia y el ser el único equipo sudamericano que quedaba afuera, fue duro.

Cuando un equipo pierde se comienzan a buscar aspectos negativos y surgen rumores como que el camerino estaba partido y había grupos de poder adentro. ¿Qué hay de cierto acerca de eso?

Muy bien, sin problemas, siempre lo he dicho: cuando se pierde se busca izquierda o derecha; simplemente jugamos mal en el último minuto ante Suiza y eso nos costó la clasificación.

No hay que buscar esas cosas como que el camerino estaba partido, que hay bandas de uno y de otro. Nada de eso. Cuando un jugador se pierde un gol nosotros lo apoyamos, porque eso le puede pasar a cualquiera, hemos demostrado que somos un grupo unido en los videos y en las fotos que nos han hecho. Este es un grupo de hermanos. De esas excusas de las que se habla, ninguna es válida. Lo único es que Suiza nos hizo un gol en el último minuto y nos mató.

¿Es comprensible lo que pasó con Antonio Valencia en el juego ante Francia? ¿Cómo lo tomaron?

Siempre pensé que no era para (tarjeta) roja, después observé el video y me di cuenta de que deja un poco la pierna en su intento de tocar la pelota. Son cosas que pasan. Él salió enojado consigo mismo, sabía que había cometido un error, pero no debemos apuntarlo con el dedo y decirle: “por tu culpa estamos afuera”. Él recibió el apoyo de sus compañeros y el mismo apoyo debe recibir de todo el pueblo ecuatoriano por lo que le ha dado a la Selección.

La gente se creó grandes expectativas con la actuación de Antonio en el Mundial y se quedó inconforme. ¿Qué factores incidieron para que él y también Montero no destaquen?

A Ecuador lo conocían muchísimo, nos tenían bien estudiados; por ejemplo, a mí me apretaban cuando iba a iniciar la salida de la pelota, después, con el 1-1 ya me dieron mayor libertad. A Jefferson, a Felipe (Caicedo) y a Antonio los apretaban de a 2. En el segundo tiempo, el marcador derecho de ellos gritaba que lo ayuden que Montero se le estaba yendo porque todos estaban más centrados en cerrar a Antonio. Lo mismo pasó con Honduras, fue muy complicado. Esto no es que yo pienso que haré un buen Mundial y es fácil, no.

Por eso comenzamos a hacer variantes para zafarnos de las marcas. Cuando entró Renato (Ibarra) hizo muchas cosas frente a Francia, porque ellos no lo conocían, entonces no sabían si iba hacia adentro o hacia afuera, y los complicó.

¿Qué aprendizajes deja el Mundial en lo grupal y en lo individual?

Muchos. En lo personal aprendí que debo hablar más en la cancha. Talvez debí gritarle a Paredes para que se quede en el ataque contra Suiza en el último minuto, pero también me emocioné, pensé: “faltan 30 segundos, ese es nuestro gol, vamos a ganar”. En lo grupal, nos queda la experiencia del último gol y la de sentir la presión por jugar en un mundial.

¿Qué mérito tiene Reinaldo Rueda al frente de esta selección? ¿Y cómo afrontó la competencia?

Igual, con mucha tranquilidad, con los mismos movimientos de siempre. Su gran mérito fue el de hacer un cambio generacional, es de aplaudir, porque no es fácil dejar de lado a jugadores históricos que le dieron mucho al país para apostar a nuevos valores. No contó con Iván Hurtado, Giovanni Espinoza, Marlon Ayoví, Iván Kaviedes, Agustín Delgado, Ulises de la Cruz y tantos otros.

Ese recambio nos costó en la Copa América, porque hicimos un mal torneo, pero sirvió de mucho en las Eliminatorias, donde incluyó a jugadores jóvenes como Renato, Montero, (Fricson) Erazo, Énner (Valencia), (Leonel) Ramírez, Fidel Martínez, Joao Rojas.

Es verdad: se nos complicó en Brasil, pero pensemos qué sucederá con estos mismos jugadores en las siguientes eliminatorias o en el próximo mundial.

Fuiste incluido en la Selección desde que dirigía Sixto Vizuete. ¿Qué diferencias hay entre ese equipo y el de ahora?

Los jugadores se conocían más en esa selección. Yo llegué a un equipo que se conocía de memoria. Sabían cuándo presionar, cuando salir, cómo moverse y a nosotros nos costó todo eso, adaptarnos a lo que quería el profe Rueda, porque casi todos éramos nuevos, pero nos resultó en Quito.

Dirán que solo jugamos bien de locales, pero pocas selecciones ganan tantos puntos en casa. Aparte, demostramos, sin altura, que estábamos a la par de Suiza, Honduras y Francia.

Con Holanda empatamos antes del Mundial, también con Inglaterra. Pero son cosas que la gente ya tiene en la cabeza y no va a cambiar. Todo el mundo hablaba mal de la defensa, se decía que nos iban a golear y la defensa fue una de las mejores. Sabemos lo que se maneja afuera, pero nosotros adentro sabemos lo que queremos y lo que buscamos.

¿Entre ambos, con qué equipo te quedas?

Con el de ahora, porque todos somos jóvenes, (se ríe) digo joven y tengo ya 29... pero, bueno, es un grupo con muchas ansias de lograr las cosas, estoy desde el inicio de este proceso en la Copa América y me siento más compenetrado con el grupo. En el anterior, estaba recién integrado. Nada como comenzar de cero.

29 años… ¿Te ves con 33 en el próximo Mundial si Ecuador vuelve a clasificarse?

Depende de la posición, Pirlo tiene 35 y parece que estuviese en todos lados. Se trata de saber dónde ubicarse, cuándo salir a pedir la pelota, cuándo dar el pase.

Es más difícil para un jugador que se mueve por fuera. Por ejemplo, los laterales o los volantes ofensivos, porque salen unos muchachos de 19 o 20 años y comienzan a hacer la diferencia.

¿El profesor Rueda afronta los partidos de local y visitante de diferente manera o hace diferencias?

Todos los afrontamos igual, salimos a presionar arriba y a ganar, no pensamos que en tal o cual partido vamos a buscar el empate. No.

Necesitamos los 3 puntos. Obviamente, los locales sienten la presión de su gente y te buscan muy arriba. Todo eso pasa. A veces cuesta. Pierdes 1-0, 2-1, lo empatas... Esto es fútbol.

¿Cuánto ha cambiado el fútbol tomando como referencia tu salida a Rusia en 2007?

Muchísimo. Hay menos espacios. Antes, en el medio campo parabas la pelota, girabas y mirabas a quién se la ibas a dar. Ahora paras la pelota y ya tienes a alguien encima, por lo que debes dar el pase de primera. Mira que ahora hay entre el 60% y 70% de goles con táctica fija. Antes en los tiros libres o de esquina veías qué podía pasar, ahora los rivales ya saben a quién le lanzarás la pelota, quién es el mejor defensor o el mejor delantero de tu equipo en el cabeceo… Ahora te sacas la marca de un jugador, de otro y aparece el primero para intentar quitártela nuevamente. No hay las libertades de antes.

En el Colombia-Brasil, los 3 goles fueron de pelota parada, porque ya no hay las ventajas de antes para marcar mediante pelota en movimiento.

¿Tenía nivel Ecuador para afrontar partidos de octavos o de cuartos de final?

Sí. Pensé por ejemplo que Argentina iba a mostrar una gran diferencia ante Suiza y no fue así. Mucha gente no estará de acuerdo con mi pensamiento, pero creo que nadie le pasó por encima a nuestro equipo. Hay que destacar que fue el primer mundial para casi todos. El único titular nuestro que había disputado un Mundial de mayores era Antonio Valencia; Guagua estuvo antes, pero no tuvo la posibilidad de jugar como titular. La gente dice que no hicimos lo mismo que Colombia; pero Colombia tiene a casi todos sus jugadores en Europa y viene de un proceso de sub-17, sub-20 y sub-23. La mayoría de nuestros jugadores están en México o en el fútbol ecuatoriano. Eso, a la larga, cuesta.

¿Les sorprendió ver la gran cantidad de hinchas presentes en las gradas? ¿Les ayudó?

En todos los partidos hablábamos de lo mismo, lo destacamos mucho. El hecho de que hayan viajado tanto para acompañarnos es de resaltar. Les agradecemos a todos ellos por estar tan cerca de nosotros, alentándonos. Fue una alegría y un orgullo.

La experiencia brasileña y su paso por Guayaquil han terminado. Es hora de volver a la rutina, hace pocas horas debía tomar el avión rumbo a Rusia, un país también dolido por su eliminación en primera ronda, y que le espera para verlo en su mejor versión con los colores del Dynamo de Moscú, el equipo con el que tiene contrato hasta diciembre. “Después veremos qué pasa, me quieren algunos equipos”, dice Christian, visualizando en el firmamento la Copa América de Chile en 2015. Va por la revancha.