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Domingo 28, último día de liquidación

La Casa Morada reúne obras que no volvieron al mercado

Entre las ofertas hay libros que no se volvieron a editar en las primeras versiones de sus publicaciones. Foto: Eduardo Escobar / El Telégrafo
Entre las ofertas hay libros que no se volvieron a editar en las primeras versiones de sus publicaciones. Foto: Eduardo Escobar / El Telégrafo
24 de diciembre de 2014 - 00:00 - Redacción Cultura

Gabriel, mitad emprendedor, mitad poeta y aspirante a cabecilla de una Academia bajo el título de máster en educación superior, es por ahora solo un librero. Mete y saca libros de una serie de cajas para acomodarlos de acuerdo al precio, la nacionalidad de los autores, el género y el filtro decisivo: qué tan invaluable es el libro en remate.

En esta liquidación de la Librería Casa Morada de Guayaquil no todos los libros son nuevos, no se trata de  un stock que no tuvo éxito. Todo lo contrario. Muchos de los libros que integran el remate del búho enloquecido -ícono de la librería- son best sellers de una época pasada, y algunos son de todas las épocas.

También se trata de publicaciones minimizadas, que con el cambio de generación y una relectura se volvieron codiciadas y aquí están sus primeras ediciones, las que algunos aficionados pudieron leer solo en copias.

El tiempo de selección varía. Los lectores pueden dejarse guiar por la cantidad de autores que quisieron leer en sus páginas originales o detenerse en libros que nunca sonaron demasiado y que pueden ser trascendentales, como el conjunto de crónicas amazónicas ecuatorianas que se llevó uno de los usuarios, en una versión de bolsillo.

Los libros en remate han pasado por varias lecturas. En sus páginas hay apuntes que grafican el tiempo en el que no se posteaban en redes sociales, dan cuenta de esos años en los que las posibilidades de recordar la palabra se remitía a una señal colorida de resaltador. El fosforescente siempre ha sido buen aliado de lo que es difícil divisar a pesar de existir: ciclistas, señales de tránsito y las letras de una historia oculta entre páginas.

La Casa Morada tiene un solo pasillo de tránsito. No hay divisiones de estanterías que fragmenten el paso ni la cercanía de quienes llegan. Es un lugar por explorar y aislarse del eco compulsivo que domina la época de supuesta paz -comercial-. Comprar uno de los libros que llegaron por donaciones de alguien más, o las ofertas exclusivas que tienen, es iniciar el proceso cíclico del libro:volverlo a dedicar.

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