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Benjamín Carrión: el rostro político de la cultura ecuatoriana

Benjamín Carrión: el rostro político de la cultura ecuatoriana
19 de octubre de 2013 - 00:00

Benjamín Carrión y la “cultura nacional” es el título del libro que la Secretaría de Gestión de la Política presentó el jueves pasado en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Guayas.

El volumen -el octavo de la colección de Pensamiento Político Ecuatoriano, dirigida por el escritor Fernando Tinajero- es una compilación de la producción de Benjamín Carrión que incluye  ensayos, artículos de prensa y sus Cartas al Ecuador, y cuenta con la colaboración de Sofía Bustamante y Guillermo Maldonado.

La poeta Sonia Manzano abrió el acto  realzando el enorme bagaje intelectual de este lojano universal “que no ha sido suficientemente valorizado, ni analizado en su real significación”.

Destacó que Carrión ideó y fundó, en 1944, la Casa de la Cultura, institución pionera y rectora de la cultura,  que está por arribar a las siete décadas de existencia y que no podrá ser demolida por poder alguno, afirmó.

Benjamín Carrión nació en Loja en 1897 y murió en Quito en 1979. Fue escritor, político, periodista,  diplomático y promotor cultural. Se graduó de abogado en la Universidad Central en 1922. Resaltó su figura pública a través de la “Escuela de cultura socialista”. Publicó la revista Letras del Ecuador en 1945 y en 1950, junto con el escritor Alfredo Pareja, fundó el periódico “El Sol”.

En 1960 participó como binomio vicepresidencial de Antonio Parra Velasco. En 1968 recibió el premio “Benito Juárez”, otorgado por única vez por el Gobierno mexicano. En 1975 se le concede el Premio Nacional Eugenio Espejo. Entre  sus obras están: Mapa de América (1931). Atahuallpa (1934), Indice de la poesía ecuatoriana contemporánea (1938), Santa Gabriela Mistral (1956), Cartas al Ecuador (1943), San Miguel de Unamuno (1954), El cuento de la patria (1967), entre otros.

Los escritores Esteban Poblete y Fernando Naranjo, en representación de la economista Melania Mora de Hadatty y Fernando Tinajero, hicieron un breve análisis del libro.

En su intervención el señor Poblete  señaló que la colección tiene por objeto recoger lo más notable que han producido los ecuatorianos en materia de reflexiones sobre el Estado, el poder, la nación y otros temas que integran el complejo mundo de lo político. El propósito  es presentar un documento adicional para el estudio profundo de consultas de temas destacados del pensamiento producido a través de la historia en sus distintas etapas.

El estudio introductorio de  Fernando Tinajero, que muestra el contexto histórico, cultural, social, económico y político en que se desenvolvieron tanto el autor, así como la población -que se mueve entre el drama y la paradoja- y la cultura nacional, recorren todo el siglo XX, considerado por Tinajero como “el siglo de Carrión”, indicó Poblete.

Benjamín Carrión ideó y fundó la Casa de la Cultura Ecuatoriana en 1944. Él fue su primer presidenteTinajero toma como referencia algunos puntos estratégicos de la historia del país, eslabones que son, la mayoría, las denominadas hiperbólicamente “revoluciones” (Liberal en 1895, Juliana en 1925, la Gloriosa en 1944, y la Nacionalista en 1972). A estas se suman otras fechas como 1922 (la masacre de los trabajadores en Guayaquil), el asesinato de Alfaro. Además de otros sucesos ocurridos en el exterior, como la Revolución Cubana.

Cuando Alfaro fue asesinado en 1912, Benjamín Carrión tenía 15 años de edad. Antes había vivido en su natal Loja, la efervescencia y el mito de la figura del general y hasta se enrola  en sus filas a los 13 años . Era la época en que ser alfarista era sinónimo de ser patriota.

Tinajero señala también las “contradicciones” de Carrión: su ideología liberal contrapuesta a una posición política socializante, reflejando lo que sostenía Mao en su Libro Rojo “el peor enemigo de la revolución es el burgués que lleva dentro cada revolucionario”.

A Tinajero le resulta curioso, señala Poblete, que la fórmula propuesta por  Carrión “de la nación pequeña pero culta” haya dado resultado antes que fijar su atención en los problemas más inmediatos (pobreza y exclusión social). Otro aspecto interesante es la coyuntura de 1944 en que se vuelve vigente la unión de propios y contrarios (comunistas, socialistas, conservadores, liberales) y que da como resultado la creación de la Casa de la Cultura que obtiene favorables resultados, hasta la llegada al poder de Camilo Ponce Enríquez en 1956.

El arquitecto Fernando Naranjo resaltó que la lectura de este libro le había dado la oportunidad  de ahondar un poco más en la vida de Benjamín Carrión, y el contexto histórico en que se desenvolvió como testigo extraordinario de los más importantes hechos ocurridos en el país y en el mundo (el alfarismo, el proceso cubano, la guerra de Corea).

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