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Grandes plumas: Joaquín Gallegos Lara
Diario EL TELÉGRAFO criticó las políticas de cambio por parte del gobierno y del incremento del valor del pasaje de la transportación pública.
Para el 10 de noviembre, el presidente José Luis Tamayo acusó al director como agitador.
Los trabajadores tomaron la iniciativa de contratar a los abogados Carlos Puig Vilazar y José Vicente Trujillo, para que los representen ante las autoridades.
El 11 de noviembre los trabajadores se reunieron con las autoridades y los empresarios. No hubo resultados.
A las 9:30 del día 12, las partes se congregaron para continuar el diálogo. En las calles, los trabajadores esperaban una solución. Sorpresivamente, se infiltró un grupo de personas ajenas a los trabajadores para crear un clima adverso. Ellos fueron rechazados.
A la mañana siguiente, el 13 de noviembre, los trabajadores deciden declararse en huelga general.
El día 14, a las 08:00, la central sindical solicitó a los trabajadores que abandonen sus puestos. Las mujeres estuvieron presentes con la dirigente obrera Catalina Rojas.
El día cumbre llegó. A las 15:00, del 15 de noviembre de 1922, empezó el desfile por la avenida 9 de Octubre, con aproximadamente 20 mil obreros. A la cabeza del desfile iban las mujeres, los niños y la banda de músicos, vivando a la central, además de exigir “abajo el cambio”.
Las banderas tricolores flameaban en cada mano de los participantes, los músicos de la central empezaron a entonar. El objetivo principal era entregar la petición de los trabajadores a las autoridades de la provincia. Su proyecto pedía bajar el valor del pasaje.
Casualmente en ese día aciago, se estaba efectuando una elección seccional, en la que estaban presentes militares y gendarmería. Un grupo infiltrado comenzó a saquear los negocios en el centro de la ciudad.
Los gendarmes abrieron fuego. Se escucharon los disparos por todos lados, los verdaderos trabajadores empezaron a correr para protegerse, pero los cuerpos caían por doquier, donde se veía a alguien se le disparaba. La masacre empezó.
Algo más del personaje
El entorno de su vida
→ Sus padres fueron Joaquín Gallegos del Campo y Enma Lara Calderón. Joaquín nació con deformidades en los pies y no pudo caminar.
→ No acudió a ninguna escuela ni institución educativa. Él fue un autodidacta. Las clases que recibió fueron de francés e italiano de los maestros Madama Tousard y Caputti, respectivamente.
→ A los 16 años vivió en la casa de su tío materno, Julián Lara Calderón, en la calle Manabí 208 y Eloy Alfaro (frente a la parte lateral de la iglesia San José, al sur de la ciudad). En ese lugar existía una buhardilla donde se reunía con los intelectuales de la época. Empezó a escribir sus primeras poesías en la adolescencia.
→ Para 1922 publicó Mamá Jijí, que es uno de los personajes de su novela Las cruces sobre el agua.
→ A los 24 años se casó con Nela Martínez, escritora y líder sindical de los trabajadores.
→ Las últimas personas que lo atendieron hasta el día de su muerte fueron Fortunato Safadi (estudiante de medicina) y Clemencia Quiñónez.
→ Primera edición del libro ‘Las cruces sobre el agua’, de Joaquín Gallegos Lara. (I) et