Contrarrestar el cansancio y la fatiga es el motivo principal para consumir refrescos energizantes. Los médicos coinciden que es una imprecisión llamarlos energizantes.

Su denominación debería ser estimulantes, por lo tanto, son útiles para mantenerse despiertos, pero no para obtener mayor energía ni para mejorar el rendimiento intelectual o físico. Algunas de estas bebidas también poseen sustancias como ginseng, taurina, efedrina o guaraná que también tienen altas dosis de cafeína.

¿Las bebidas energizantes realmente aportan energía?

Al contrario de lo que da a entender esta denominación, estas bebidas no aportan una dosis de energía adicional, sino una gran cantidad de cafeína. Una lata de bebida energética contiene el equivalente a una taza de café. No hay que confundirlas con las bebidas para deportistas, diseñadas para la recuperación de sales minerales después de una actividad física intensa.

¿Qué efecto pueden tener en nuestro organismo?

Puede haber efectos negativos si esta bebida se combina con alcohol, principalmente entre la población joven. La asociación bebidas energéticas-alcohol puede provocar alteraciones cardiovasculares, como taquicardia, palpitaciones o aumento de la presión arterial, insomnio, nerviosismo y falta de coordinación motora.

Muchas investigaciones alertan de que el consumo excesivo de estas bebidas puede provocar problemas de corazón en el largo plazo. ¿Es así?

Las bebidas energéticas con cafeína y taurina tienen, a corto plazo, un impacto significativo en la contractibilidad del corazón.

¿Hay grupos poblaciones que deberían evitar su consumo?

Sí, principalmente, las embarazadas y las mujeres lactantes, niños, personas sensibles a la cafeína, con trastornos cardiovasculares o neurológicos deberían abstenerse de consumirlas. No es conveniente utilizarlas para reponer los líquidos perdidos en la actividad física intensa, porque contienen cafeína.

¿Las bebidas energizantes generan dependencia?

La ingesta de energizantes puede producir una sensación de bienestar inmediato a quienes las consumen y fomenta la necesidad de seguir ingiriéndolas supuestamente para mejorar el rendimiento físico, pero esto en realidad, es una falacia.