Washington.- La segunda caminata espacial de la historia de la NASA realizada en Nochebuena, y llevada a cabo por los astronautas Rick Mastracchio y Mike Hopkins, finalizó ayer con la exitosa entrada en funcionamiento del sistema de refrigeración de la Estación Espacial Internacional (EEI).

“Tenemos una bomba que está operativa y en funcionamiento”, indicó Rob Navias, comentarista de la NASA TV, al explicar la tarea del reemplazo de la bomba de amoníaco que se estropeó el 11 de diciembre.

Mastracchio y Hopkins completaron la operación tras más de 7 horas y media fuera de la EEI, en su segunda caminata espacial en solo cuatro días.

El sábado los astronautas dedicaron más de cinco horas a sacar la bomba estropeada y almacenarla en un compartimento de seguridad.

Se trata de la segunda caminata espacial de la historia de la NASA que se produce en Nochebuena, ya que la anterior ocurrió en 1999, y los técnicos de la misión de control de Houston adelantaron que probablemente no hará falta una tercera caminata, como se había sondeado en un principio.

“Después de que la nueva bomba fuese instalada por la tripulación, los controladores de la misión del centro Espacial de Houston realizaron una breve revisión. Los exámenes preliminares indicaron que la unidad de reemplazo está en buenas condiciones”, indicó la NASA mediante un comunicado.

Los astronautas contaron con el apoyo de su colega japonés Koichi Wakata, quien desde dentro de la EEI manejaba un brazo robótico de 18 metros de largo.

Pese a que la operación culminó sin sobresaltos, los astronautas prolongaron su ingreso de nuevo en el puesto orbital por restos de amoníaco que goteaban desde el sistema de refrigeración a sus trajes espaciales, para dejar que se disipara.

En esta ocasión, además, los astronautas llevaban  incorporados unos improvisados sistemas de absorción de humedad y tubos de respiración adicionales dentro de sus trajes, para evitar los problemas que enfrentó un astronauta italiano de la EEI en julio.

Entonces, el astronauta Luca Parmitano regresó inmediatamente a la estación espacial debido a que un fallo en el sistema de calentamiento interno del traje provocaba filtraciones y amenazaba con llenarse de agua.

La temperatura en el exterior de la nave, que orbita a unos 400 kilómetros de distancia, es de más de 100 grados Celsius bajo cero.