De 1.91 metro de estatura y con 28 años, Fabrizzio Bruzzone llegó a pesar hasta 340 libras por su adicción al dulce y al consumo frecuente de pizza.  A ello, se sumaba su monótona vida sedentaria. En ocasiones, ingería 4 litros de leche, una tarrina de helado y bombones de chocolate en un solo día.

Auque se sometió a varias dietas ‘milagrosas’ y logró bajar un promedio de 30 libras, la desmotivación y ansiedad lo empujaban a consumir más comida chatarra.

Casos como este son parte de un reporte que el Ministerio Coordinador de Desarrollo Social difundió en diciembre de 2015, en relación a la obesidad y el sobrepeso como los principales poblemas de la sociedad ecuatoriana.

¿Cómo romper el mal hábito?

La nutricionista Christina Bajaña señala que el primer paso es vaciar el refrigerador de alimentos procesados, por su nulo valor nutricional y los ingredientes sintéticos añadidos.

Explica que los productos light son parte del marketing alimenticio, porque contienen un 25% menos de los componentes de su versión original y pueden contener azúcar y grasas saturadas.

Advierte, además, que los alimentos como el jamón y la mortadela light, tienen ingredientes sintéticos con nitritos que le dan la coloración rosada y el glutamato monosódico que provee el sabor. Ambos generan componentes cancerígenos al organismo y aceleran el sistema neurológico a largo plazo. Además aportan un exceso de lecitina de soya transgénica y sodio.

“Una rodaja de jamón de pavo light puede llegar a tener hasta el 60% del requerimiento diario de sodio, mientras que un chorizo el 300%. Esta es una de las razones por la cuales es común que personas de apenas 30 años ya sufran de presión arterial”, lamenta.

En cuanto a la ingesta de frituras no las descarta y recomienda freír con grasas resistentes a altas temperaturas, pues conservan su integridad y no cambian su estructura molecular. Propone el uso de aceites como el de coco y aguacate, mientras que el de oliva solo para saltear un vegetal porque resiste hasta 3 minutos al fuego.

Sugiere evitar la margarina, porque en inicio fue aceite vegetal, pero luego pasa por el proceso de la hidrogenación, convirtiéndose en un aceite sólido.

A los pacientes con diabetes o propensos a esta, les aconseja reemplazar el azúcar blanca por panela, azúcar de coco o miel, esta última 100% pura.

Prevenir el estreñimiento

El 70% de los ecuatorianos lo padece por la desproporcionada dieta alimenticia, que por lo general, tiene pocos nutrientes.

Al no mantener una dieta balanceada, se perjudica el sistema digestivo, porque se torna más lento el metabolismo y, por lo tanto, genera estreñimiento.

Esta alteración digestiva consiste en la falta de movimiento regular de los intestinos, provocada cuando el canal absortivo ubicado en el colon disminuye y tiene dificultades para asimilar los nutrientes.

Por otro lado, la doctora Sandra Lozada, máster en Seguridad Alimentaria y Nutrición, es partidaria de las dietas personalizadas y equilibradas para que el organismo cuente con todos los grupos de alimentos y, de esa manera, mantener la salud del ser humano.

Ella previene a sus pacientes sobre el peligro de las dietas privativas que pueden generar gastritis. Al seguir estas dietas, las personas dejan de comer, lo hacen a deshoras o consumen productos perjudiciales en exceso.

Para Lozada, las proporciones y el tipo de alimento sugeridos dependen del diagnóstico, la talla, sexo, peso y otros datos requeridos. Considera que un plato de comida debe dividirse en dos partes, la mitad con vegetales fríos o calientes y la otra mitad con proteínas.

Las defensas pueden bajar

El sistema inmunológico del organismo tiene una estrecha relación con la parte nutricional. El exceso podría bajar las defensas mientras que el déficit genera desnutrición.

Sobre este aspecto, la experta en nutrición Anabelén Bermúdez, dice que factores como el estrés o las “dietas restrictivas” para bajar de peso disminuyen las defensas, porque no se incluyen las cantidades adecuadas de los macronutrientes.

También incide la escasa ingesta de carbohidratos, considerada la gasolina del cuerpo.

La especialista recomienda el consumo de minerales y vitaminas como la C que está en el kiwi, manzana, guayaba, el limón y naranja; la A que goza de minerales incluidos en huevos y vegetales con hojas verdes; el zinc porque eleva los leucocitos para evitar infecciones; la B9 en los espárragos, espinacas y brócoli, los cuales llevan la clorofila que acelera el metabolismo y quema grasas. Por último, recomienda consumir arroz por su alto contenido de vitamina B, el cual es reconocido por reforzar el sistema inmunológico.

Finalmente, Fabrizzio Bruzzone logró cambiar su mala nutrición; bajó hasta 120 libras y mejoró su calidad de vida. Parte de ese cambio fue dedicarse a la preparación de menús nutritivos en Sinergia Corp donde, desde hace 3 años, los consume y vende a su clientela.

La sugerencia médica es consumir en forma saludable un 90% durante la semana, para poder comer “fuera de lo normal”, en un 5% y hasta 10%. “Hoy puedo programar mi día libre y comer lo que quiero sin cargo de conciencia”, dijo. (I)