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La asociación comunitaria de sordos aún considera que faltan intérpretes del lenguaje de señas en el país

“Había la creencia de que una persona sorda era incapaz de comunicarse”

Esta semana integrantes de asociaciones de sordos prepararon la agenda para conmemorar su día. Eduardo Escobar / El Telégrafo
Esta semana integrantes de asociaciones de sordos prepararon la agenda para conmemorar su día. Eduardo Escobar / El Telégrafo
25 de septiembre de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

En una de las salas del tercer piso del Secap (Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional), en Guayaquil, está reunido un grupo de 30 personas que no paran de mover sus manos y hacer gestos para comunicarse en medio del silencio. Se trata de los integrantes de 3 asociaciones de personas sordas que usan el lenguaje de señas para intercambiar ideas.

El encuentro fue organizado para preparar la agenda de actividades por la semana internacional de las personas con discapacidad auditiva.

En Ecuador existen 48 mil personas con discapacidad auditiva profunda o total, según el Ministerio de Salud, y en el mundo representan el 5% de la población.

¿Qué han logrado hasta ahora en la consecución de sus derechos? Ronald Muñoz, presidente de Asociación Comunitaria de Sordos, señala que gracias al Gobierno, el Conadis ha firmado varios convenios. Uno de estos establece que el 1% de las empresas contrate personas con discapacidad.

“Pero vivimos en un ambiente de mucha confusión donde aún no se respetan las leyes ni los contratos firmados, y hay despidos intempestivos”, dice el titular de la asociación, para quien la sordera no es una limitante.

“Hay quienes no han pasado por la universidad y eso hace que consigan trabajos en fábricas; pero los que sí se han preparado pueden ejercer un cargo en el plano administrativo. La sordera no es una barrera, siempre tenemos al alcance nuestra lengua de señas para comunicarnos”.

Muñoz asegura que a nivel nacional el 50% de la población sorda está preparada y cuenta con un título de tercer nivel. Por ejemplo, él es ingeniero comercial y se preparó en EE.UU., en la Universidad de Illinois, “allí hay muchas personas sordas que tienen la accesibilidad para estudiar”.

Su esposa, Gabriela Rosales, que también tiene discapacidad auditiva, sigue sus pasos. La joven estudia Diseño Gráfico.

David Vásquez Aguirre, director provincial de la Secretaría Técnica para la Gestión inclusiva en Discapacidades, pone énfasis también en la erradicación del término “sordomudo” para referirse a las personas con discapacidad auditiva o sordas.

“Había la creencia de que una persona sorda aparentemente era incapaz de comunicarse con los demás. No es así ya que puede expresarse a través de la lengua de signos y también de la oral”, explica Vásquez.

Reconoce que un obstáculo es el desconocimiento de la lengua de señas ecuatoriana, que imposibilita muchas veces una comunicación fluida y cálida. Muchos movimientos y asociaciones de personas sordas insisten en recordar que no todos tienen la habilidad para leer los labios. “Hay situaciones que impiden o dificultan hacer una buena lectura labial, como la falta de luz, la mala vocalización, posturas y posiciones de quien nos habla, entre otras”, añade el funcionario.

En la vida familiar y social, Vásquez indica que las personas sordas sufren porque su pensamiento e ideas son recortados por un traductor. En la vida escolar el desconocimiento y la poca o nula sensibilización de docentes, directivos y compañeros generan dificultades de aprendizaje. De allí la urgencia de fortalecer el trabajo en la adaptación curricular con metodología apropiada.

En la vida laboral si la empresa o institución no ofrece canales adicionales para una buena comunicación, por medio de canales visuales o pantallas, es bastante la información que no va a llegar a las personas sordas.

Los medios y canales locales pasan muchas veces por alto las necesidades de la población con discapacidad generando exclusión. Vásquez recuerda que la Ley de Comunicación ordena “implementar herramientas humanas, técnicas y tecnológicas necesarias en los medios audiovisuales para que las personas con discapacidad auditiva ejerzan su derecho de acceso a la información.” También se indica “la obligación de incorporar a un intérprete de lenguaje de señas ecuatoriana y/o la opción de subtitulado en los contenidos”. (I)

La academia debe incluir el tema

Accesibilidad Universal, una meta a cumplir

En 2014 la Secretaría Técnica para la Gestión Inclusiva en Discapacidades (Setedis) diseñó una metodología para evaluar las condiciones de accesibilidad, reconocida internacionalmente por la Design for All Foundation entre las 5 mejores prácticas del mundo.

“A pesar de la legislación a favor de la Accesibilidad y la normativa existente, en el país existe una gran brecha para el logro de su cumplimiento. Entre las causas está la falta de adecuada planificación, recursos insuficientes, pocos programas de estudio para los profesionales vinculados al diseño y la falta de empoderamiento del tema”, dice Carlota Torres, técnica de Accesibilidad de la Setedis. (I)

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