El Inti Raymi o Fiesta del Sol se celebra como llegada del tiempo de la cosecha y la finalización de un ciclo agrícola andino.

Para conmemorarlo y no dejar que la fecha pase desapercibida los pueblos andinos se organizan.

Salcedo, Saquisilí, Pujilí, Sigchos y Latacunga presentaron espacios de comunidad con la naturaleza, en donde se recrearon los cánticos, las danzas y ritualidades incásicas con los que se agradecía al Astro Rey por las cosechas anuales.

El cerro sagrado de Wingopana, de la parroquia Canchagua, de Saquisilí, recibió a yachas (curanderos) y cerca de 30 visitantes para dar vida a la ritualidad ancestral en uno de los sitios más míticos de la provincia.

El evento se desarrolló durante el mediodía del viernes 22 de junio.

Los asistentes, en su mayoría indígenas, participaron limpiando sus espíritus de impurezas con hierbas curativas y danzaron en agradecimiento a la Pachamama.

En Salcedo, el sábado 23 de junio, los danzantes del barrio El Calvario se apostaron a los pies del palacio municipal para iniciar con la tradicional peregrinación en la que se incluye una serie de personajes, como los yumbos, pingulleros y danzantes.

Estos últimos aparecen desde los cuatro puntos cardinales, cada uno resguardado por  los  humamakis, ancestralmente conocidos como guardianes del danzante.

Antes de las 09:00, los personajes se alistaron para ascender al barrio.

Unas 200 personas participaron en el evento. Durante el trayecto sonidos andinos se fusionaban con el viento y evocaban el pasado.

Una gama de trajes coloridos contorneaban en una especie de procesión que concluyó en lo más alto de El Calvario, donde se levantó la chakana o cruz andina con frutas, flores, hierbas medicinales y granos como ofrenda a su dios de lo que produjo la tierra durante el año.

En Sigchos la celebración se desarrolló el jueves 21 de junio y fue algo diferente; en ella participaron las unidades operativas del Distrito de Salud, estudiantes de las unidades educativas, miembros de los diferentes comités de salud y delegados de varias instituciones públicas del cantón.

Más de 100 personas participaron en el ascenso hasta el churo de amanta en la parroquia de Chugchilán, considerado un lugar sagrado por los indígenas de la región.

Previamente el escenario se adornó con flores y frutas.

Óscar Monge, director distrital de Salud, indicó que “es un gran honor participar en este ritual. Nuestras raíces étnicas se muestran con todo su esplendor y colorido al cantón, provincia y país, es por eso que en cada unidad operativa también están realizando el Inti Raymi. Esta celebración se generalizó en cada sector; todos agradecemos al dios Sol por las cosechas recibidas”.

Completado el ritual se compartieron los alimentos en la denominada Pambamesa. Las mujeres ubicaron sobre blancos manteles tostadas, choclos, papas, mellocos, ocas, habas, mashua cocinada, carne de res, chancho, borrego y cuy. Los alimentos fueron acompañados de ensaladas y ají.

El viernes 29 de junio fue el turno de Pujilí. Desde la mañana el centro del cantón recibió la presencia de grupos de danzantes, músicos y artistas que pusieron en escena todo su talento.

Para el alcalde de este cantón la celebración del Inti Raymi se debe promover para que la tradición no desaparezca. Considera que las futuras generaciones deben estar bien enteradas para que creen un vínculo con la madre tierra y aprendan a respetarla.

En Latacunga los festejos se realizaron el sábado 30 de junio en la parroquia Belisario Quevedo, al sur de la ciudad. La organización estuvo a cargo de la Prefectura de la provincia.

Convocó a más de 500 personas de las comunidades cercanas. A partir del mediodía el cerro Putzalahua fue testigo de honores que recibió el dios Inti.

Jorge Guamán, prefecto de Cotopaxi, encabezó las actividades. Los miembros de las comunidades seleccionaron lo mejor de las cosechas para que sean bendecidas. Con unos verdes y saludables sambos, Guamán recibió la limpia ancestral, que en esta ocasión, rompiendo protocolos, fue realizada por un niño chamán con la guianza de un chamán profesional.

El evento concluyó a las 18:00. Los asistentes coincidieron con el sentir de una renovación espiritual.

“Lo que ancestralmente se busca agradecer es lo que recibes, no solo el alimento, sino la luz, el calor, todo te lo da el Sol y gratis; es majestuosa la sabiduría de nuestros ancestros”, comentó Aníbal Chamba, chamán. (I)