Quito

Los hombres y mujeres de tercero de bachillerato que fueron evaluados en la prueba Ser Bachiller 2014, mostraron una leve diferencia en sus conocimientos. Ellos obtuvieron 824 y las chicas 818 en el puntaje global de evaluación de materias.

Los jóvenes tienen mejor desempeño en matemática, ciencias naturales y sociales, alcanzando en todas las asignaturas una calificación superior a los 700 puntos. Ellas no se quedan atrás y demuestran mayores conocimientos en lenguaje, con un puntaje de 837.

Más allá de anotar estas pequeñas diferencias en los puntajes, los datos demuestran que hay una equidad de género en la educación.

Harvey Sánchez, director del Instituto Nacional de Evaluación (Ineval), afirmó que las diferencias oscilan entre 5 y 10 puntos, pero es un valor poco significativo. “No hay evidencias para decir que hay una diferencia en la equidad de género; eso es muy bueno porque el sistema sigue promoviendo que ambos sexos tengan igualdad de condiciones”, refirió Sánchez.

Con respecto a las materias, matemática continúa siendo en la que presentan mayor deficiencia los alumnos. Hombres y mujeres sacaron 780 y 786, respectivamente.

Andrea Molina dicta clases particulares de nivelación en matemática. Desde su experiencia señala que los chicos tienen malas bases desde la enseñanza básica, tanto en razonamiento lógico como en la aplicación de matemática en actividades cotidianas.

Por ello, cree que la mejor metodología es impartir la materia de una manera sencilla, real y sin textos complicados. “Los profesores deben llevar la matemática a la vida real; hacer comparaciones simples entre el tema y el diario vivir (...) muy pocos docentes logran que los chicos comprendan que la matemática sirve para la vida diaria y se puede aplicar a todo”, aseguró.

En cambio, los estudiantes obtuvieron un puntaje superior a 800 en las materias de ciencias naturales, lenguaje y ciencias sociales.

Jorge Piedra, docente de ciencias naturales del colegio Mejía, cree que el éxito de las pruebas Ser Bachiller depende de la metodología aplicada para el aprendizaje. En su caso, ha priorizado el uso del video educativo, el debate y reflexión de los temas de estudio por sobre la memorización, así como la investigación documental y de campo. “Eso va reforzando el conocimiento de estudiantes. Lo aprendido se conjuga con la vida práctica de hoy, los chicos son más  reflexivos”, dice Piedra, quien también reconoce que el incremento de las nuevas tecnologías podría dar aún mejores resultados.

Magdalena Rhea es profesora de literatura. Explica que el 30% de los alumnos de un curso tiene gusto por la lectura, y por ello imparte una metodología reflexiva que combine la lectura con la vida cotidiana. Dice que “hay que  extrapolar la lectura, porque una persona puede sentirse identificada con un libro”.

Por eso escoge lecturas relacionadas con ámbitos de la vida, que aborden la sexualidad y los problemas que tienen los jóvenes en casa, como las discusiones o diferencias.