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El Telégrafo
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Tradiciones religiosas, narrativas y culturales confluyen en El Guayco

Alegres y multitudinarias comparsas recorren los alrededores del santuario, mientras se realizan las peregrinaciones en honor a la patrona de la comunidad. Niños y adultos desfilan con trajes típicos y coloridos disfraces.
Alegres y multitudinarias comparsas recorren los alrededores del santuario, mientras se realizan las peregrinaciones en honor a la patrona de la comunidad. Niños y adultos desfilan con trajes típicos y coloridos disfraces.
Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
18 de agosto de 2019 - 00:00 - Carlos Novoa

Cada 8 de septiembre la comunidad El Guayco, del cantón Chimbo en la provincia de Bolívar, recibe a miles de personas de todo el país y del extranjero.

En esa fecha se recuerda, según leyendas populares, un acontecimiento cuyas protagonistas fueron una muchacha del siglo XVIII y una santa. Dicho suceso dio origen a la construcción de uno de los santuarios más hermosos y conocidos del país y a la fiesta mayor de El Guayco.

Tres siglos después el lugar se ha convertido en objeto de devoción y en punto de llegada de peregrinaciones. También es escenario de presentaciones de danza y música, ferias artesanales y de relatoría de antiguas fábulas en las que se narra el origen de la festividad.

Origen del santuario

Una de ellas cuenta la historia de Luz María Chela, una joven descendiente de los caciques del pueblo Chela, oriundo del lugar. Ella se encargaba de vigilar el ganado y recoger leña para su hogar.

“Un buen día la muchacha bajaba por la quebrada y se encontró con una mujer muy hermosa y a la vez misteriosa. Las largas y elegantes vestiduras de la extraña no asustaron a Luz, quien de inmediato se hizo amiga de la peregrina”, relata Jorge Morales, anciano de El Guayco.

Sin saber que se trataba de la mismísima virgen María, la joven continuó conversando con ella cada tarde, en una gruta de la quebrada. Cuando volvía a casa, siempre sonreía y su rostro brillaba de manera impresionante.

“La madre de la niña de 13 años dio por sentado que tales muestras de felicidad se debían a que ella tenía un romance a escondidas. Al regreso de su tertulia vespertina, la castigó, dejándole graves heridas”, dijo Teresa Vargas, octogenaria de Chimbo.

Ella, junto con Jorge Morales y otros 10 ancianos de la localidad, son los encargados de narrar esta historia de forma muy emotiva, usando expresiones de castellano antiguo y con notable mímica, frente a decenas de turistas.

Tras el castigo, la mañana del 8 de septiembre de 1708, Luz María corrió hacia el lugar de encuentro con su amiga. “Allí la virgen lavó los arañazos, moretones y cortes del cuerpo de la muchacha, con agua de una peña. En la tarde, a su regreso de la quebrada, Luz relató el milagro de sanidad a sus familiares y vecinos”, agregó doña Teresa.

De inmediato un nutrido grupo de personas acudió al lugar de los hechos y evidenció la presencia de una efigie de la santa cerca del arroyo. Desde entonces la imagen de la madre de Jesús es venerada por miles de devotos, quienes aseguran haber recibido sanidad y prosperidad.

El GuaycoLuego de largas caminatas, los romeriantes tienen la posibilidad de refrescarse en las pilas que se han instalado al ingreso de la enorme basílica. Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo

Manifestaciones culturales

De forma paralela a las muestras de fe que se desarrollan desde mediados de agosto en El Guayco, las ferias artesanales, presentaciones dancísticas y musicales, así como la lectura y narración de leyendas, se realizan en los alrededores de la basílica.

A decir de Lourdes Ruiz, docente de Hotelería y Turismo en la Universidad Técnica de Ambato, esta última tradición es uno de los atractivos más importantes de esta celebración.

“El valor cultural y turístico de esta costumbre es altísimo y es prácticamente exclusivo de Chimbo. Un aspecto que destaca de estas narrativas multitudinarias es que los cronistas usan frases, conjugación de verbos, palabras y refranes del castellano antiguo”, explica Ruiz.

Simultáneamente, los confeccionistas de ponchos, sombreros y más artesanías llenan de color el lugar desde mediados de agosto hasta fines de septiembre. La feria artesanal se instala en el ingreso al santuario; allí se han adecuado pilas donde los peregrinos se refrescan.

Grupos de danzantes, músicos y pintores se suman a esta festividad con presentaciones artísticas al terminar las misas en honor a la patrona de El Guayco. (I)

El GuaycoUna extensa plancha de metal, a la puerta de la iglesia, sostiene las velas que los devotos encienden mientras ruegan por milagros de sanidad. Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo

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