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El Telégrafo
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Entrevista / Marcela Aguiñaga / integrante de la Comisión de Biodiversidad y segunda vicepresidenta de la Asamblea

"El COA responde a las necesidades actuales"

"El COA responde a las necesidades actuales"
Foto: Karly Torres / El Telégrafo
21 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Sociedad

Desde el 1 de marzo la Comisión de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Asamblea Nacional realiza una consulta prelegislativa con 4 temas considerados sustantivos en la conformación del Código Orgánico del Ambiente (COA).

Se trata de la propiedad y posesión de tierras comunitarias dentro del Sistema Nacional de Áreas protegidas; de la conservación, uso y manejo sostenible de la biodiversidad y recursos naturales; de la protección, mantenimiento y desarrollo de los conocimientos colectivos asociados a la biodiversidad; y de los saberes prácticas, tradiciones ancestrales y culturales contemplados en los 282 artículos del COA.

Marcela Aguiñaga, integrante de la comisión y segunda vicepresidenta de la Asamblea, ha compartido estos procesos de diálogo que hasta la semana pasada sumaban 16, de los 21 que están proyectados realizarse hasta el 24 de marzo.

En entrevista con EL TELÉGRAFO detalló más sobre el proceso que recoge los aportes para la construcción de la normativa, que se espera esté lista en mayo para segundo informe.

¿Qué objetivos persiguen con la consulta prelegislativa?

Una consulta prelegislativa tiene como finalidad buscar la participación ciudadana de aquellos grupos, comunidades, pueblos, nacionalidades, que sean sujetos de derechos colectivos.

Previo a ello se registraron organizaciones que son las que dan aporte y por qué no en algunos casos disensos, que nosotros los reflejamos acompañados de un delegado del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Una vez que termine esta programación en marzo y el mes de abril podamos concentrarnos a revisar todas esas observaciones, la comisión trabajará en un informe para el segundo debate en mayo.

¿Cuáles han sido los disensos y los aportes que han recibido hasta el momento?

Mayores disensos no hemos tenido, pero sí aportes sustanciales en torno a la necesidad de la regularización de la tierra, como que los comuneros puedan organizar sus asentamientos en forma legal y cómo se generan incentivos a estas comunas cuando protegen espacios muy vulnerables. Algunas preocupaciones que saltaron por parte de la comunidad son en cuanto a los accesos a recursos básicos y los impactos que estos generan.

El COA consolidará algunas leyes como la Ley Forestal  y de Conservación que tiene 107 artículos. ¿De qué manera la nueva normativa ampliará sus conceptos para acoger estas leyes?

El COA será suficientemente sintetizado y actualizado. Lo que proponemos es derogar, reformar aquellas normas dispersas ambientales que están en varios cuerpos legales. Desde el Código de la Salud, el Código Marítimo, Ley de Prevención y control de contaminación, la Ley de Gestión Ambiental... hay una dispersión de normas que al final del día el ciudadano no sabe cuál de ellas tiene que cumplir.

Hace 2 semanas la Prefectura del Guayas lideró una acción en política pública, con la creación de una oficina para los Estudios de la Relación entre Animales y Humanos (ERAH), pero aún no se ven acciones a nivel nacional. ¿Con la implementación del COA se piensa trabajar en algo macro?

La idea es que generemos este debate, construyamos una ley que pueda ser aplicada a nivel nacional, no solamente desde la mirada de los activistas sino que sea un tema que pase por políticas públicas locales desde los municipios. Hasta ahora las autoridades locales muy poco han hecho en torno a fomentar centros de adopción, de rescate, campañas de esterilización, entre otros, esas grandes líneas legales queremos construir en el COA.

¿Cómo calificaría a esta norma ambiental?

A nivel de la región es una ley de avanzada, articulada a nuestra Constitución, que reconoce a la naturaleza como sujeta de derechos, responde a las necesidades actuales. Es optimista, es decir, mira con agrado el uso de los derechos naturales de forma inteligente racional y responsable.

No la mirada ambientalista de los años 70 u 80 en donde se hablaba de preservar que era no tocar. Hoy les decimos a las comunidades que habitan en los páramos, manglares, ecosistemas frágiles, que los queremos ahí para que sean socios nuestros conservando esos hermosos ecosistemas que dan servicio a todos los ecuatorianos. (I)

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