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Personaje de la semana

Pacheco: “La dignidad de un enfermo terminal todavía está en discusión”

Víctor Manuel Pacheco Bastidas. Endocrinólogo, diplomado en Bioética Clínica y Social, presidente de la Comisión de Bioética en Salud, asesor de la Red Bioética de la Unesco.
Víctor Manuel Pacheco Bastidas. Endocrinólogo, diplomado en Bioética Clínica y Social, presidente de la Comisión de Bioética en Salud, asesor de la Red Bioética de la Unesco.
Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo
15 de abril de 2018 - 00:00 - Carla Maldonado

Usa la pajarita o corbatín. Es amante de la literatura, endocrinólogo y experto en bioética. Explica la relación entre la ética y la moral en el mundo de la medicina con la narrativa y el séptimo arte.

Víctor Manuel Pacheco, presidente de la Comisión Nacional de Bioética en Salud, conversó con EL TELÉGRAFO sobre este tema. Él, además, es integrante de la Red Latinoamericana y del Caribe de Bioética y asesor del Consejo Consultivo de Bioética de la Unesco.

¿Qué es la moral y la ética en la medicina?
En la bioética, la moral son las costumbres, es decir, lo que la sociedad acepta como válido. Esa moral puede variar. La ética es la reflexión de por qué aceptamos esa moral. Hay un ejemplo clásico: ¿Por qué es bueno no matar? Porque es respetuoso de la ley, o es humanista y no puede matar. También por miedo porque es una convicción religiosa. La bioética se refiere a la vida, pero adaptada a las ciencias biológicas.

¿Qué dice la bioética de los kamikazes que se matan y matan por la religión?
La yihad dice que se sacrifiquen para lograr un bien superior, ese es el principio. En algún momento, la religión católica también consideró lo mismo. En las cruzadas, los caballeros tenían una especie de exoneración porque matar a los musulmanes o a los eslavos les aseguraba la vida en el cielo. En la época alfarista, el obispo de Portoviejo, Pedro Schumacher, decía en la homilía: a cargar las armas contra los montoneros porque así serán santos. Otro ejemplo: los testigos de Jehová rechazan las transfusiones y eso puede llevarlos hasta la muerte, pero sacrifican su vida por sus creencias religiosas.

¿No es mejor promover el bien y evitar el daño?
El no dañar es obligatorio para todos. En cambio, el bienestar depende de lo que aspiramos. A nadie nos gusta que nos secuestren o quiten la libertad de expresión.

¿La calidad de vida de un enfermo es subjetiva?
Sí, es subjetiva. Hay un problema sobre la definición de muerte. Si una persona no puede comunicarse porque está entubada o necesita un respirador, habría que preguntarse si eso es vida o no. Si es deportista y se queda parapléjico, eso tampoco es calidad de vida.

¿Los cuidados paliativos respetan la dignidad del enfermo?
El tema está en discusión e implica asegurar una muerte digna. Pero, ¿cómo definir la dignidad? Un paciente debe conocer que morirá para tomar decisiones. Es una muerte sin dolor ni nada que atente contra su imagen corporal. La eutanasia está prohibida en Ecuador, pero en el Código de la Salud está el testamento vital.

Desde la Comisión Nacional de Bioética promovemos la figura: la voluntad vital anticipada. Permite a los pacientes dejar por escrito si quieren ser mantenidos artificialmente con vida en caso de extrema gravedad. La eutanasia es cuando el médico participa en la muerte del enfermo. Por ejemplo, el caso del “Doctor Muerte”, Jack Kevorkian, en Estados Unidos. Él ayudó a morir a 130 pacientes. Es un suicidio asistido, es decir, implementar un mecanismo para que el enfermo, por acción propia, termine con
su vida.

¿Hay una obstinación terapéutica por salvar la vida de los pacientes que dependen de aparatos?
En EE.UU., una mujer quedó en coma y conectada a máquinas para vivir. Estaba viva, pero muerta. El caso llegó a la Corte Suprema y falló a favor de los padres que pidieron desconectar los aparatos de su hija. Ella sobrevivió 5 días, eso dio origen al encarnizamiento terapéutico.

Es decir, los médicos hacen todo lo posible por mantener con vida al paciente, pero no logran recuperar la situación normal. Es injusto e indigno para los pacientes, los familiares y el sistema de salud. Es un problema difícil de resolver, muchos médicos no se atreven a tomar esa decisión por miedo a las sanciones del Código Integral Penal (COIP).

¿Qué dice del destino de los embriones crioconservados?
Esto depende del pensamiento sobre el inicio de la vida y de los derechos de los seres humanos. Si creen que la unión de un óvulo con un espermatozoide es el comienzo de la vida, entonces esos embriones tienen un estatuto de los derechos del ser humano y no pueden ser destruidos. Si consideran lo contrario, los embriones no son nada, están en el limbo y podrían ser destruidos.

La decisión es moral, pero se necesita una reflexión ética a nivel nacional. Este es un problema que no ha sido resuelto en el mundo. Algunos apoyan la destrucción de embriones, otros quieren conservarlos. Por ejemplo, una abuela quiere recuperar los embriones de su hija muerta. ¿Pero esos hijos de quién son?

Cristiano Ronaldo tuvo un hijo con un vientre de alquiler. ¿A la luz de la ética qué significa?
¿Tenemos derechos a los hijos? Esa es la pregunta. En la actualidad, se reclaman los derechos de la mujer. No se alquila solo el vientre y el útero, sino a toda la mujer durante el tiempo de gestación. Esto es indigno para las mujeres y ocurre en las sociedades vulnerables.

Según la ley ecuatoriana, la madre es quien lo pare, no quien ha dado el óvulo. Incluso, podría ocurrir que una madre de vientre de alquiler reclame a su hijo. Hace 20 años se discute sobre este tema, pero aún no lo hemos resuelto. Algunos están a favor de regular, pero pagando por ello. En realidad, eso debería ser altruista.

¿Es un problema operar a un transexual?
Es un tema polémico. En la legislación ecuatoriana se reconoce el género. Si aceptamos que el género es parte de la identidad de la persona, debería permitirse las cirugías de cambio de sexo. La pregunta es: ¿esa operación debe ser asumida por el Estado?

Cuesta mucho dinero, pero en Argentina, por ejemplo, lo asume el Estado, previo cumplimiento de ciertos requisitos. También puede ocurrir que personas no transgénero busquen solo adornarse: varones con senos, por ejemplo. Para dirimir estos temas está la bioética.

¿Cómo mira la bioética la clonación?
Un ejemplo, en la película Jurassic Park, el doctor Malcolm dice algo que resume mucho de la ética: “Les preocupaba tanto si podían o no hacerlo que no se pararon a pensar si debían”. Tenemos la posibilidad de clonar a seres humanos, a animales, pero la pregunta es si debemos hacerlo. El clon nunca será igual. Esto es atentar contra la dignidad de los derechos humanos.

Los precios de la medicina privada son altos. Ejemplo, una endoscopia cuesta $ 500. Eso no es ético para los pacientes. Es un problema de IESS y del Sistema de Salud Pública. El Estado tiene la obligación de proteger a los más vulnerables. Vacunarse es obligatorio, pero si quiere hacerse una cirugía estética, el Estado no tiene por qué pagar.

Hay sobredemanda en la salud pública, falta de especialistas formados, 15 minutos para examinar. Los médicos se “queman” y eso puede deteriorar la calidad de la atención.

¿Cuál es la vinculación entre la corrupción y la bioética?
Los médicos no somos ángeles ni perfectos. Nuestras debilidades en la salud pueden no beneficiar directamente al paciente. Se forman médicos que remiten a colegas, sin que sea necesario. O prescriben una marca de medicamento de una farmacéutica que le paga un viaje. Ahí va el tema de la corrupción.

¿La ética narrativa sirve para la comprensión de la bioética?
Hay libros y películas como referencias. Por ejemplo, en el filme Mar adentro, el personaje se llama Ramón Sampedro. Es tetrapléjico y pasó postrado en su cama durante 30 años. Quiere morir y pide ayuda para ello. Él bebió el cianuro que le prepararon. ¿Eso es eutanasia o suicidio asistido? (I)

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