Las investigaciones ayudan a reinventar lo que ya está descubierto. De ahí que en los últimos años se habla de los beneficios que proporciona jugar con las famosas y emblemáticas figuras de lego.

En la década de los ochenta, cuando empezó la difusión de estos coloridos “bloques de plástico”, se los empleaba como un juguete, principalmente para niños de entre 6 y 11 años.

Sin embargo, la evolución de estas figuras demostró que sirven como una herramienta de aprendizaje, ya que los jugadores (sin importar la edad) explotan su creatividad para construir los más novedosos esquemas.

Ese es el objetivo de “Jóvenes Ingenieros”, un local de aprendizaje lúdico, ubicado en el norte de Quito, que se dedica a impartir conocimientos para aplicarlos en la cotidianidad. Una organización dedicada a preparar a niños y adolescentes en robótica que utilizan la metodología y tecnología de legos, con la finalidad de fortalecer la creatividad y el razonamiento lógico.

Diego González, gerente y propietario del establecimiento, mencionó que a través de las figuras con legos los pequeños explotan su imaginación para potenciar su creatividad. “Hacemos un carro, pero luego el niño puede armar la pista, el puesto para el conductor.

La idea es plantearle desafíos de ingeniería y que también dé soluciones”, sostuvo. (I)