El pasado 26 de junio, Eliécer Cárdenas fue designado Cronista de la Ciudad, una nominación directa conferida por el alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera. Cárdenas replanteó al Burgomaestre el papel que un cronista debe cumplir: registrar el presente de la ciudad sin dejar de lado el estudio del pasado. El escritor, oriundo de Cañar, ocupa este cargo honorífico mientras continúa como director de la Biblioteca Municipal.

¿Cómo tomó la propuesta hecha por el Alcalde de ser el nuevo Cronista de Cuenca?

Fue una sorpresa, no he aspirado jamás a ser cronista. Yo obviamente soy escritor y periodista, no soy historiador ni pretendo serlo, menos usurpar este titulo a la gente académica, pero creo que de alguna manera puedo aportar con un modesto contingente a esta necesidad que tenemos de vernos nosotros mismos. Pienso, como lo fue en México, Carlos Monsiváis, obviamente salvando las diferencias, un cronista, un gran escritor, un hombre talentoso que supo interpretar el alma del mexicano, del habitante de esta ciudad respecto a su música, cultos, personajes populares, a su cinematografía, etc.

¿Es posible hacer lo mismo dentro de las actividades que cumple un cronista?

Bueno, ha existido un replanteamiento con respecto a la actividad del cronista de la ciudad. Antaño, el cronista era una persona dedicada al pasado de una ciudad, a sus tradiciones, a su memoria; sin dejar aquello, yo pienso y le he planteado al señor Alcalde, que la función del cronista sea más bien la de registrar el día a día de la ciudad, desde el aspecto de su cultura, tradiciones, reflexión, de la realidad social humana y cultural.

De acuerdo con esto, ¿cuál entonces sería la labor que desarrollará usted?

Mi actividad va a volcarse en el registro del presente de la ciudad, sin dejar, por supuesto, la cultura cívica, la investigación del pasado pero siempre enfocada a la realidad del presente. Los cronistas de antaño se dedicaban al pasado, a la Fundación de Cuenca, personajes históricos, lo cual es importante, pero creo que la ciudad necesita interpretarse, no solo Cuenca, sino una ciudad en general. Autoreflexionar, verse en una especie de radiografía espiritual y humana y en ese sentido es importante un análisis sobre lo que somos, de dónde venimos.

¿Cómo hace un ciudadano para interpretarse?

Conviviendo con la gente, viendo su problemática. Cuenca es una ciudad de muchos rostros, tenemos el rostro de la Cuenca tradicional, el de la Cuenca Turística, el de la Cuenca de los migrantes internos, de la comunidad afrocuencana y también una serie de minorías de orientación sexual, religiosas, de tipo cultural. Toda esa riqueza fundamental debe enfocar también la crónica de Cuenca.

Del acercamiento que como director de la biblioteca a tenido con las personas, ¿se evidencia que conocen la historia de su ciudad y del país?

Hay una desmemoria terrible, no solo con respecto a Cuenca, sino de todo el mundo. Estamos pensando que venimos del presente y vamos al presente. Es decir, un poco hemos perdido la brújula, nuestra vida no procede únicamente del espectáculo, de la sociedad actual, del vivir inmersos en una cotidianidad, sino también el buscar raíces pero desde el presente. El error de antes ha sido el querer revivir el pasado y esto no se puede hacer, sino desde el presente afianzarnos con el conocimiento del pasado.

Dentro de la historia de Cuenca, ¿tal vez, hay aspectos que se han descubierto en los últimos años?

Hemos hablado tanto de la historia en la Colonia, los sucesos de la muerte de Seniergues, el cirujano francés que estuvo con la Misión Geodésica. La visión europea era un poco de crónica roja, mostrar hacia Europa el salvajismo de las colonias americanas, lo cual en definitiva no es así. Simplemente en Cuenca existía un fuerte antagonismo entre los criollos de las élites y el pueblo, entonces es un poco con la Misión Geodésica Francesa, que surgió esa especie de revanchismo social, una suerte de lucha social en donde el cirujano fue un víctima digamos, en parte también culpable, respecto a esta situación.

¿Se mal interpretó esto?

Cambiaron las interpretaciones, es decir, por ejemplo el hecho de que Cuenca fuera una ciudad en donde no se produjeron muchas sublevaciones indígenas en la Colonia se debe a una serie de factores, por un lado la ausencia de obrajes en la región, la existencia de minifundios y de comunidades ya aculturadas con una visión un poco mestiza de la realidad en donde era menos conflictiva esa situación. Todo eso incluso requiere investigaciones mucho más profundas sobre lo que sucedió en Cuenca durante la colonia, en la región austral y luego en los años republicanos.

¿Que otras actividades podrá ud. realizará como cronista de la ciudad de Cuenca?

Bueno, como cronista el principal cometido es la revista 3 de Noviembre, que aspira ser una publicación, que no solo salga las fechas cívicas, sino, 3 por lo menos sea cuatrimestral. Además de asesorar en temas de orden histórico y cultural de la ciudad.