Solo tres familias faltan por salir del lugar crítico de la ciudadela Jaime Roldós, al norte de Cuenca. Estas personas no han evacuado porque, según indicaron, aún no consiguen a dónde ir. Mientras tanto, se acaba el plazo para dejar este sitio.

Los deslizamientos de tierra en la zona han provocado la destrucción de 14 viviendas, las cuales fueron paulatinamente trizándose hasta quedar en escombros.

Según los técnicos de la Municipalidad, las casas fueron construidas en sectores no adecuados, como pendientes muy inclinadas y terrenos blandos, lo que ocasionó filtraciones de agua y la posterior destrucción.

Durante estos días, los vecinos del lugar, junto con militares, personal de Secretaría Nacional  de Gestión de  Riesgos, Consejo Provincial del Azuay y Municipalidad han realizado mingas de limpieza para aliviar la carga en el terreno y evitar más deslizamientos.

Sin embargo, las lluvias han impedido avanzar más en la zona. No está previsto por el momento el ingreso de maquinaria pesada al sitio por cuanto puede ocasionar más deslizamientos.

Asimismo, en esta semana, deben abandonar sus viviendas todas las personas de la parte baja y media de la ciudadela para evitar eventuales riesgos, puesto que el movimiento de tierra no se ha detenido y, al contrario, hay días en los cuales se  acelera  provocando más cuarteamientos y daños en la vía.

Según Xavier Murillo, director de Gestión de Riesgos de la Municipalidad, aún no salen tres familias del lugar, aunque de la parte baja, de manera voluntaria, ya todos evacuaron de la ciudadela. “Estas familias han dicho que están buscando  a dónde ir. Se les va a hacer un seguimiento y, en caso  de no  encontrar un lugar, vamos a ayudarles”, afirmó el técnico que está encargado de las operaciones en el lugar.

De acuerdo a lo observado, el movimiento de tierra es continuo, incluso en la parte superior de la ciudadela se ha evidenciado el desprendimiento de un tramo de la vía, indicó el funcionario municipal.

Dudas por el bono

Algunas de las familias que salieron  dijeron que no tienen claro el tema del bono para el arriendo. María Morales comentó que ella se fue en busca de un sitio para alquilar a 500 metros de su casa, a fin de evitar que  se desplome y caiga sobre su familia.

“Allí quedó mi casa que tanto sacrificio me costó, solo espero que cuando regrese no esté en el piso”, dijo la mujer que evacuó junto a su familia. Otros vecinos del lugar indicaron que les ofrecieron el bono, pero que hasta el momento no les han entregado ningún recurso.

Respecto a esto, el encargado de la Secretaría de Riesgos, Galo Sánchez, dijo que debido a la urgencia para que desalojen este sector, serán ellos los que ayuden a buscar un lugar donde puedan ir a vivir temporalmente los afectados. “Ellos nos han pedido tiempo, estamos monitoreando constantemente la zona y, pese a las lluvias, creemos que este lugar aún está en una fase de recuperación”, manifestó.

Para Sánchez, es importante que todas las familias salgan para iniciar un proceso de estabilización. “Primero tenemos que buscar un punto de estabilidad y luego determinar el modelo a seguir para hacer una estabilización que vaya a durar mucho tiempo y que brinde seguridad para todos”, aunque dejó en claro que en esta zona ya no se puede volver a construir edificaciones para las personas que allí habitaban y mucho menos para otras que lleguen por vez primera a ese sector.

De igual forma, Sánchez señaló que el bono para las personas afectadas por el deslizamiento está a su  disposición, pero aclaró que solo pueden tener acceso quienes tenían vivienda propia. “En cambio, para quienes arrendaban y vivían en la ciudadela Jaime Roldós no habrá esta ayuda, pues  tendrán que seguir arrendando, pero en otro lugar”, explicó.