La falta de lluvias en la provincia del Azuay incide en la disminución del caudal en los ríos que atraviesan la ciudad de Cuenca y que son afluentes de la central hidroeléctrica de Paute y de la presa Mazar. Además, trae complicaciones  en el abastecimiento de los reservorios de agua potable para la urbe.

Los ríos Yanuncay y Tomebamba, principales abastecedores del líquido para las plantas, al momento tienen un caudal promedio de entre 6 y 8 metros cúbicos de agua por segundo, cuando lo normal está entre los 8 y los 10 metros cúbicos de agua por segundo. “Llegar a los 6 metros cúbicos de agua por segundo ya nos pone preocupados, ya que tenemos que respetar un caudal ecológico en el río que es de 4 metros cúbicos”, dijo Carlos Julio Jaramillo, gerente de Agua Potable en Etapa.

Los funcionarios de la empresa  se ponen una meta y señalaron que, de persistir este problema hasta el mes de noviembre, se podría pensar en tomar alternativas para dar solución a la falta de agua potable a la población de Cuenca.

Al momento la zona rural es la que registra problemas con el abastecimiento. Según los técnicos, tal parece que los habitantes de las zonas rurales están regando sus sembríos en horas de la noche, lo que hace que disminuya el flujo del líquido vital para sectores como Nulti, Paccha, Quingeo y Santa Ana, que han tenido ya problemas con el líquido que llega a sus grifos.

En estas semanas los niveles de agua han disminuido notablemente, se quejaron. “En las noches bajan tanto las reservas que en las mañanas casi están vaciados los tanques en los sectores apartados de la ciudad”, dijo Jaramillo.

Cuenca tiene tres reservorios: Cebollar, Tixán y Yanuncay, que almacenan un promedio de 700 y 800 litros por segundo. “En este momento se está trabajando entre el 50 y el 60% de su capacidad”, manifestó el gerente de la empresa.

Informó que, con la mayor brevedad, se construirá la planta de Culebrillas, que estará en la parte alta de la capital azuaya y abastecerá a los sectores  de San Pedro.

Los funcionarios de Etapa hicieron un llamado a los ciudadanos para evitar el mal uso de agua, ya sea en regar los jardines o lavar los vehículos. Pidieron a la ciudadanía que evite posibles fugas en los domicilios o en las instituciones educativas.

Se calcula que un cuencano debería consumir diariamente entre 80 y 90 litros de agua en un hogar, pero en la práctica las cifras son mucho más elevadas y llegan a los 220 litros por día. “Queremos que sea al menos de 180 litros de agua por segundo”, expresó Jaramillo.

Una de las ventajas que existen al momento para mantener el abastecimiento de agua, precisó, es que no se han producido incendios forestales en el Parque Nacional El Cajas, que es donde nacen los afluentes de los ríos Yanuncay y Tomebamba. “De darse un hecho de esta naturaleza, habría contaminación”, advirtió.

Un llamado a no malgastar el agua

Desde la Empresa Pública Municipal Etapa se hizo un llamado a los habitantes de la zona rural para que no malgasten el agua potable regando los sembríos y huertos de sus casas.

Esto se debe fundamentalmente a que algunos moradores de la parroquia Ricaurte se dedican a regar sus sembríos con agua potable, lo que provoca una baja presión en otras parroquias.

Esto ha motivado que personal técnico de la Empresa Etapa efectúe recorridos periódicos por varias zonas rurales para verificar esta anomalía. “La empresa hace un llamado a estos ciudadanos para que se sensibilicen y tomen conciencia del daño que están causando al resto de habitantes, sobre todo de las zonas altas, que por su geografía sufren las consecuencias de la carencia del servicio por la baja de presión del líquido vital”, manifestó Oswaldo Larriva, gerente de la empresa Etapa.