Lo que al inicio fue una preocupación se transformó en molestia para los habitantes  que se quedaron hasta ayer sin el servicio de agua potable.

Por segundo día consecutivo, 50 mil hogares de Cuenca no tuvieron el servicio y los reclamos se multiplicaron por la no entrega del líquido mediante tanqueros como se había ofrecido.

Las tiendas agotaron los pocos bidones de agua que disponían en sus perchas, por lo que algunos tuvieron que ir al centro de la ciudad para abastecerse y utilizar el líquido en la comida y en el aseo personal.

Tras el daño en la tubería de acero dúctil en la planta de agua potable de Tixán, registrado desde el domingo en la noche, ayer se suspendieron las clases en algunas instituciones educativas y los 50 mil hogares afectados continuaron en el peregrinaje de buscar agua en “cualquier sitio”.

Alejandro Quilambaqui, director de Educación del Azuay, informó que se suspendieron las clases en varias instituciones educativas, entre ellas el colegio Herlinda Toral, la Inmaculada, la escuela Isabel Moscoso, entre otras.

Adriana Peña, estudiante de la escuela Isabel Moscoso, indicó que la principal dificultad por falta del agua se vio en la higiene del establecimiento. “Los baños estaban sucios y olían mal, por eso no hubo clases”, dijo Peña, quien esperaba junto a más personas la llegada del tanquero de Etapa, en el sector de Los Trigales.

Por su parte, los habitantes de este barrio se ubicaron desde el mediodía en las esquinas de las calles en espera de los tanqueros para abastecerse de agua. “Ya vino una vez el tanquero, pero se terminó el agua y dijo que iba a regresar de Visorrey”, señaló Mónica Valarezo. “Ya son las dos de la tarde y no he hecho el almuerzo”, manifestó en cambio Margarita López, quien junto a más moradores esperaba impaciente la llegada del vehículo. El día anterior utilizó agua que fue a pedir a amigos en otro sector de la ciudad.

Mientras que Rosa Rodríguez había comprado hasta ayer en la tarde  más de ocho botellas de agua. “Y eso ha sido para la comida y para lavarnos, imagínese que para los baños ya no alcanza”, explicó.

Por su parte, Carlos Julio Jaramillo, gerente de Agua Potable de la empresa Etapa, indicó que el retorno del servicio será progresivo y en horas de la noche se regularizará,  si los trabajos fluyen con normalidad y no se producen lluvias. “Eso nos podría complicar para rellenar la zanja, pero hasta el momento todo ha transcurrido con normalidad”.

Además, indicó que está previsto que el servicio se comience a restablecer en horas de la tarde. En  caso de presentarse  aire en las tuberías,  la población dispondrá del servicio en la noche. Según Jaramillo, el primer sector en tener agua sería la parroquia Hermano Miguel, por su cercanía con la planta; el sector de Chaullabamba sería el último en disponer del servicio.

Entre tanto, Carlos Cabrera, propietario del local Abigaíl, estimó que hasta ayer en la tarde había vendido más de 150 botellas de agua. La mañana de ayer tenía 60 botellas y hasta el mediodía solo le quedaban siete. “Para mi negocio es bueno, pero hay personas que no tienen para comprar”.

Los precios de las botellas de agua van desde un dólar hasta $ 2,50, dependiendo del tamaño. La falta de agua se produjo por la ruptura de la tubería en el sector de Patamarca, debido a que el terreno, por la fuerza de las lluvias, se deslizó rompiendo la instalación.

El sector afectado fue toda la parte este de la ciudad, desde la avenida Huayna Cápac, Totoracocha, Challuabamba, Capulispamba, sectores densamente poblados y donde también están asentadas empresas, como el Parque Industrial.