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Esta ciudad formó parte de la principal ruta mercantil de ese entonces

Cuenca, en la segunda mitad del siglo XVIII, estuvo presente en el circuito comercial

Cuenca, en la segunda mitad del siglo XVIII, estuvo presente en el circuito comercial
28 de septiembre de 2014 - 00:00 - Gabriela Neira Escudero, Cátedra Abierta de Historia Universidad de Cuenca

Cuenca y su provincia alcanzaron trascendental importancia económica y demográfica a partir de la segunda mitad del siglo XVIII; para esta época la zona había desarrollado una serie de características que la hacían distinta de otros espacios de la Audiencia: una especialización en el tipo de producción económica, integración interregional con espacios de importancia del norte peruano y otros aspectos que la distinguían como una Región interior con notable autonomía, había marcado mayores distancias de identidad con otras regiones que en periodos anteriores. De ahí su nombramiento como Gobernación sobre la base del antiguo Corregimiento de Cuenca.

La crisis de los obrajes que experimentó la zona norte y centro de la Audiencia de Quito, por el ingreso de textiles provenientes de Europa, dificultó las condiciones de producción obrajera de esta zona, por no poder competir con los bajos precios de los productos que ingresaban a la Audiencia, lo que decantó en una notable disminución de la elaboración y exportación de los paños quiteños. Este contexto permitió que Cuenca y su provincia dejaran de ser un lugar de paso en el camino de comercialización, y en su lugar, se convirtiera en un espacio más protagónico incrementando su manufactura para la venta en Lima y otras zonas del norte de Perú.

Cuenca y su provincia mantuvieron diversos intercambios comerciales en la segunda mitad del siglo XVIII, entonces sus principales actividades económicas se basaban en la exportación de cascarilla al mercado mundial, el fortalecimiento de un circuito mercantil de gran importancia con la zona norperuana, sobre todo por la venta de textiles, básicamente prendas de algodón. Estas relaciones comerciales tuvieron beneficios adicionales, pues los comerciantes limeños introdujeron el algodón y algunos efectos de Castilla en la Región de Cuenca. Y por último, la producción agrícola-ganadera de las haciendas con una importante producción a nivel regional y hacia la costa que demandaba ganado y trigo.

La principal ruta comercial en la que participaba Cuenca durante la segunda mitad del siglo XVIII fue la establecida entre Cuenca-Loja-Piura-Lima, no obstante, el comercio se enmarcaba en un espacio geográfico mayor que comprendía el mercado de circulación y consumo, abarcaba por el norte hasta Guayaquil, en la Costa, y Cuenca, en la Sierra; por el este hasta Jaén; por el suroriente, hasta Chachapoyas, y por el suroccidente hasta Trujillo, pasando por Tumbes, Piura, Paita, Chiclayo y Lambayeque, según Jorge Núñez.

Si bien los intercambios comerciales en estos espacios se remontan a tiempos precolombinos —pasando por distintas fases durante la colonia—, fue el período colonial tardío el que mostró un mayor impulso.

La economía regional se fundamenta en la agricultura y ganadería, que corresponden a un sistema hacendario establecido tiempo atrás en la zona de análisis, con asiento en la mediana propiedad terrateniente, distinta a los grandes latifundios que existían en el norte de la Audiencia. Y muy a pesar de que los réditos que reportaban estas actividades eran menos significativas que otras, resultaban fundamentales para el autoabastecimiento en la Región y actividades de comercio con la Costa y aun el norte peruano en lo que concierne al abastecimiento de mulas —al menos en el segundo período colonial—.

Por lo que será la manufactura de textiles la que cobre mucha fuerza y permita una importante diversificación económica que benefició significativamente a un espacio geográfico que abarcaba la zona norte peruana y la sur quiteña, así se puso fin a cierto estancamiento económico anterior a este tiempo por el notable incremento de demanda que requería el mercado norperuano. Ciertamente la producción textil sirvió de pretexto para estructurar un circuito mayor que concentra el comercio de una serie de productos, lo que se convirtió en un verdadero círculo económico o red comercial que funcionaba de la siguiente manera: el algodón provenía de Piura y Saña hacia el sur ecuatoriano, este producto era de excelente calidad, se caracterizaba por su fibra larga y fuerte, lo que lo hacía muy cotizado a nivel de los obrajes y artesanos de textiles de Cuenca y Loja, particularmente, en donde eran convertidos en bayetas, tocuyos, macanas, calzas y calcetas, adornados con pintorescos colores.

Se mantuvo, sin embargo, la elaboración de tocuyos para abastecer el mercado local, a partir de este aumento de producción se dio la elaboración de bayetas, esto integró a Cuenca a una economía de nivel regional. Antes de esta época de crecimiento ya había producción de telares, pero limitada al mercado local, el volumen de producción aumentó notablemente durante el siglo XVIII permitiendo esta integración al mercado inter regional.

Aunque el algodón no llegaba solo al mercado ecuatoriano, desde Perú venían otros productos como la sal, el aguardiente, aceite de oliva y el famoso jabón elaborado en las ‘tinas’ de Piura. En el primer período colonial la producción de mulas iba desde el sur ecuatoriano hacia el Perú; sin embargo, la intensa actividad comercial hizo que también en Piura exista una especialización en la producción de mulas, elemento indispensable en la dinamización de las actividades comerciales que se mencionan, vale decir que toda esta Gran Región, como la llama Jorge Núñez, se enriquecía con la presencia de arrieros, comerciantes, cocineros, herreros y gente dedicada a múltiples actividades que permitían los intercambios.

Por lo dicho anteriormente es importante resaltar que la zona de Cuenca y su provincia también experimentaron un notable crecimiento demográfico, el impulso de la manufactura, sumado a su producción característica, permitió que la Región se constituya en un polo de atracción para gentes de otros espacios de la Audiencia de Quito, por la necesidad de mano de obra para cubrir las actividades económicas.

Ecuador y Perú crearon redes de integración

El circuito comercial que creció en la Región de Cuenca hacia la segunda mitad del siglo XVIII da cuenta de un importante crecimiento económico y demográfico que permitió la creación de la Gobernación y el Obispado de Cuenca, en un continuum que se remonta al período precolombino, pero con rasgos particulares en las postrimerías de la Colonia.

Jorge Núñez en su artículo Los amores con el Perú nos muestra la riqueza de esta región vinculada a lo que denomina la Gran Región. Una serie de eventos en el contexto de la Audiencia generaron dinámicas de intercambio y crecimiento poblacional muy particulares, que permitieron marcar rasgos identitarios significativos que distinguen a esta Región de las demás de la Audiencia de Quito. La integración ecuatoriana y peruana creó una red de relaciones.

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