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Entrevista

“La música runa es espiritual y ritual”

Lenin Alvear, director del museo de las culturas de Cotacachi.
Lenin Alvear, director del museo de las culturas de Cotacachi.
04 de octubre de 2015 - 00:00 - Andrea Rodríguez B.

Pocos saben qué es y cómo suena el paruntzi, un instrumento ancestral que estuvo a punto de desaparecer.

El paruntzi, al igual que la ocarina, es un instrumento prehispánico que acompañaba las danzas y que, además, era considerado indispensable en las ceremonias rituales.

Los registros históricos dan cuenta de que la música era especialmente importante en la época prehispánica. Varios códices revelan cómo las antiguas culturas consideraban a los instrumentos musicales no solo como uno de los medios para adorar a los dioses, sino como una herramienta para establecer la comunicación con sus muertos.

De esta manera, mucho antes de que los españoles llegaran, los pueblos indígenas ya poseían instrumentos musicales con una complicada polifonía. De estos sonidos se enamoró Lenin Alvear, director del Museo de las Culturas de Cotacachi, que ha emprendido una cruzada para rescatarlos.

Su trabajo no solo se ha enfocado en el rescate de los instrumentos, sino en su reincorporación en las ceremonias rituales. ¿Cuéntenos sobre esta experiencia?

En realidad, trabajo desde hace más de 7 años con comunidades indígenas aquí en el cantón Cotacachi. También colaboro con cabildos de comunas y, además, me he enfocado, de manera independiente, en el aprendizaje de los instrumentos musicales ancestrales. Los llamamos así para poder diferenciarlos de lo que ahora se conoce como instrumentos andinos, porque este último término es definitivamente muy global.

Entonces ¿hablamos de instrumentos prehispánicos?

Sí, son instrumentos ancestrales, porque el 90% de los instrumentos son prehispánicos, es decir, son de una larga data de ejecución.

¿Cuáles son estos instrumentos?

Hablamos de flautas, sucus, pallas, huarunchis, paruntzis, ocarinas, silbatos, sonajeros de diferentes tipos e instrumentos como el mismo zapateado.

¿Por qué no los conocemos?

El fenómeno de la globalización hace que esta música se debilite en la comunidad. Al estar regidos por un sistema capitalista se destruye la estructura de la comunidad.

¿A qué se refiere?

Bueno, dentro de la estructura cultural de la comunidad, existen oficios para todo. Dentro de esos oficios existe un rezador, quien dirige todas las ceremonias de ritualidad y espiritualidad cuando alguien fallece, cuando alguien es bautizado o cuando alguien se casa. También están los músicos que se llaman maestros, quienes son muy respetados al interior de la comunidad. Lamentablemente, con el fenómeno de la globalización, la transmisión de conocimientos de estos maestros cada vez es más débil y escasa, porque los jóvenes ya no se interesan en esta música. Eso es lo más penoso.

¿Quizá sea porque muchos de estos jóvenes estudian en escuelas urbanas, bajo otras dinámicas?

Sí, claro, precisamente bajo otra cosmovisión, pierden el interés por esta música.

Entonces ¿cómo se podría cautivar el interés de los jóvenes por estos instrumentos?

Es necesario hacer un trabajo que los ayude a comprender su valor. Se trata de un patrimonio bastante complejo. Hay que empezar por entender cuál es la espiritualidad de esta música, porque generalmente la música de los indígenas, la música runa, tiende a ser evidentemente espiritual y ritual. Puedo afirmar que no hay música en el mundo indígena que no sirva para un ritual.

¿En qué comunidades está trabajando?

En muchas comunidades, por ejemplo, en Pilchibuela hemos logrado restituir el ritual de la Pasión de Semana Santa, donde estuvo casi extinto. Nosotros hemos colaborado para fortalecer la tarea de los maestros, los rezadores y los músicos. Buscamos el apoyo de los cabildos para restituir esta estructura cultural. Ese es nuestro oficio.

¿Dónde está ubicado Pilchibuela?

Está ubicado al norte del cantón de la periferia. Queda justo saliendo a Atuntaqui. Hemos trabajado también en Ashanbuela, Piaba San Pedro, El Cercado, Topo y otras. Son como 45 comunidades.

¿Qué le falta por hacer?

Recién hemos trabajado en 8 comunidades. El trabajo apenas empieza, sobre todo, porque la música no es homogénea en el cantón Cotacachi. Tiene una especificidad interesante, porque es un cantón superdiverso. Incluso dentro de la territorialidad de los indígenas, existen muchas particularidades. (I)

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