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Patinaje y anorexia, el final de un tabú

Su última temporada se vio mermada por lesiones, incluyendo una caída en una calle congelada que la obligó a perderse los nacionales.
Su última temporada se vio mermada por lesiones, incluyendo una caída en una calle congelada que la obligó a perderse los nacionales.
Foto: AFP
24 de febrero de 2018 - 00:00 - Agencia AFP

En Sochi, la patinadora rusa Yulia Lipnitskaya tuvo el mundo a sus pies. Cuatro años después la deportista está lejos de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, retirada de la pista de hielo por anorexia.   

Con solo 15 años, el hada del patinaje artístico ruso enamoró con sus rutinas a los telespectadores en todo el mundo ganando el título olímpico por equipos. Las cámaras captaron su efusivo abrazo con el presidente ruso, Vladimir Putin.   

Pero hace seis meses, anunció sorpresivamente su retiro debido a problemas de salud relacionados con la anorexia, que estaba arruinando su vida. A pesar de varios casos conocidos, los desórdenes alimenticios son un tabú en el mundo del patinaje artístico.  

Una participante en Pyeonchang 2018, la canadiense Gabrielle Daleman, ha hablado abiertamente del tema. Hace varios meses relacionó sus problemas alimenticios con el acoso escolar sufrido durante su niñez, inicialmente por problemas de aprendizaje.     

Tras terminar en el séptimo lugar el miércoles en el programa corto, la deportista de 20 años manifestó: “No sé si es el deporte o la imagen que uno tiene de sí mismo. Yo no estaba feliz con la forma en que me miraban, me acosaban, me criticaban”. Y añadió: “De alguna manera traté de ser como la gente quería que fuera, en vez de sentirme a gusto conmigo misma. Eso es algo que aprendí en el último año”.

La patinadora asegura haber recibido mucho apoyo cuando comenzó a hablar de este asunto.

Entre las que le agradecieron su valentía está la estadounidense Gracie Gold, bronce por equipos en Sochi 2014, que tuvo que renunciar a la actual temporada olímpica por desórdenes alimenticios, depresión y ansiedad.

En 2005, su compatriota Jenny Kirk puso fin a su carrera antes de los Juegos de Turín debido a trastornos de la alimentación.

Como otros deportes, el patinaje artístico es una actividad dura para un cuerpo en desarrollo, ya que durante muchas horas se repiten los mismos movimientos, para saltar más alto, girar más rápido.

Además, es una disciplina en la que la imagen tiene un papel crucial.

Preguntada al respecto, la Federación Internacional de Patinaje (ISU, por sus siglas en inglés), remitió a la AFP su guía médica.

Este documento señala que los patinadores y sus entrenadores reciben “un programa educativo e interactivo sobre temas de salud, nutrición, lesiones y otras cuestiones”.

Las chicas también tienen a su disposición un programa para informarles de los problemas que les atañen directamente.

“La comisión médica (de la federación internacional) se toma muy en serio todo lo que afecta a la salud de las atletas”, precisa la ISU.

Gabrielle Daleman está muy contenta de haber contado su historia y de poder disputar sus segundos Juegos Olímpicos. “No me avergüenzo. Estoy orgullosa de los problemas que he enfrentado y sigo enfrentando y estoy muy feliz de estar aquí y de lo que he sido capaz de hacer”. (I)   

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