Con duros cuestionamientos hacia el presidente de Francia, Francois Hollande, y como parte de su estrategia para reconquistar el Palacio del Elíseo en los comicios de 2017, Nicolas Sarkozy, exjefe de Estado, lideró el sábado la apertura de un congreso para el relanzamiento oficial de su partido, el desaparecido Movimiento Popular (UMP).

La semana pasada este partido cambió su nombre a Los Republicanos. Con calificativos a la izquierda,  como “conservadora, friolera y completamente superada por la vida”, Sarkozy se lanzó en picada contra Hollande, acusándolo de mostrar una “mediocridad aterradora”.

La respuesta del primer ministro Manuel Valls no se hizo esperar. “Esas palabras buscan solo hacer daño”, dijo, agregando que no llevan a que avance el debate.

Aunque aún faltan 2 años para las elecciones, la carrera por la presidencia de la República francesa está ya lanzada. En la misma, Sarkozy tendrá que superar unas primarias ante poderosos rivales internos y sortear la decena de casos de corrupción que lo acechan, por eso tiene el objetivo de que este refundado partido dé la imagen de una familia unida.

Los Republicanos

Según la publicación de El País, el cambio de nombre del antiguo Movimiento Popular (UMP), los nuevos estatutos y la renovada dirección -fue aprobado por votación de los 213.000 militantes el jueves y viernes- sirven para un buen lavado de cara en un partido lastrado por los casos de corrupción y guerras intestinas que necesita dejar atrás. Sarkozy, quien estuvo acompañado por su esposa, Carla Bruni, dejó bien claro que cambian las formas (nuevo nombre, nuevos estatutos y nuevo equipo), pero no los principios de su partido.

De acuerdo con las agencias internacionales, las cosas no pintan fáciles para Sarkozy: casi el 72% de los franceses no desean que el líder de Los Republicanos se presente en las próximas elecciones presidenciales, según un sondeo.  Solo un 49% de los simpatizantes de centro-derecha sostiene que apoya la candidatura de Sarkozy a la Presidencia.

Además el 75% identifica el cambio de nombre del partido como un lavado de imagen a Sarkozy.

El sábado estaba previsto que se anunciara la cúpula dirigente del partido, que incluiría a los exprimeros ministros Alain Juppé y François Fillon, rivales de Sarkozy, que previsiblemente participarán en unas primarias en 2016 de las que saldrá el candidato a las presidenciales.  

Sarkozy ha recibido el apoyo de su homóloga alemana, la canciller Ángela Merkel, que le envió un mensaje a través de un video para felicitarle. (I)