Oklahoma.- “Era un monstruo enorme, oscuro y aterrador”. Con estas  palabras Julie Jones, de 54 años,   describió la traumática experiencia que vivió tras el paso del devastador tornado que la noche del lunes asoló  la ciudad  de Oklahoma (en el sur de Estados Unidos).  

El tifón dejó varias escuelas y unas 10.000 viviendas destruidas, decenas de muertos y centenares de heridos. En cuanto al número exacto de víctimas ayer habían contradicciones. Inicialmente las autoridades locales hablaron de 91 víctimas mortales, entre ellos 20 niños, y 237 heridos, incluidos 80 niños. Sin embargo, luego los expertos forenses redujeron la cifra de muertos a 24 personas, nueve niños entre ellas.

Según explicaron, la diferencia de datos se debió al caos de después del desastre y a que algunas defunciones se registraron dos veces. Las localidades más afectadas fueron Moore y Newcastle, zonas sureñas de Oklahoma City, la capital del Estado del mismo nombre.

En una declaración televisada desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama, declaró ayer estado de emergencia en  Oklahoma y lamentó  la devastación causada por el tornado. Además,  prometió estar junto a la población afectada, optimizar los esfuerzos para el rescate de los desaparecidos y trabajar en la reconstrucción de la zona.

“Pensamos que íbamos a morir. Cuando lo vimos venir nos encerramos en el sótano. El ruido se hizo cada vez más fuerte y de pronto nos dimos cuenta de que la cerradura había estallado. la puerta se abrió y nos empezaron a caer encima todo tipo de objetos, como cristales, escombros”, dijo Ricky Stover, un sobreviviente del Moore.

Los habitantes de Moore recibieron el aviso apenas 16 minutos antes del impacto del tornadoLos habitantes de Moore recibieron el aviso del centro de predicción de tormentas del Servicio de Meteorología de Estados Unidos apenas 16 minutos antes del impacto del tornado, que tocó tierra a las 15:00 hora local.  Una antelación breve, aunque un portavoz del centro, Bill Bunting,  aseguró que es más que la media habitual, situada entre 8 y 10 minutos antes.

El tornado, con vientos de más de 300 kilómetros por hora, duró unos 40 minutos, sorprendió a la población en sus centros de trabajo o, en el caso de los niños, en las escuelas. Dos de ellas quedaron destrozadas. “Por favor, encuentren a los niños”, fue uno de los mensajes más leídos en las páginas de Facebook de los colegios Plaza Towers y Briarwood de Moore. Del centenar de víctimas mortales, una veintena son niños de estos colegios.

El pasado fin de semana 12 tornados sacudieron los estados de Iowa, Kansas e IllinoisLa ciudad quedó devastada; señales de tráfico arrancadas, casas destrozadas y vehículos lanzados a metros de distancia de donde estaban parqueados. “Me escondí en un armario y oí como si se estuviera acercando un tren”, explicó Ninia  Lay, una vecina que también perdió su casa. El tornado levantó la vivienda y Lay quedó enterrada durante dos horas bajo las ruinas hasta que su marido y los servicios de rescate la sacaron. “Doy gracias a Dios por mi teléfono móvil, con el que pude llamar a mi marido y pedir ayuda”, mencionó. Su hija Catherine, de siete años, estaba en clase en el Plaza Towers. La pequeña se refugió con los profesores y compañeros de aula en los lavabos. Salió con solo rasguños y algunos cortes.

Las autoridades han asegurado que muchas personas siguen atrapadas y los equipos de rescate continúan buscando entre los escombros, en particular en el suburbio de Moore.

El Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica señala, en sus primeras estimaciones, que ha sido un tornado de categoría EF4, la segunda máxima.

El desastre se produjo poco después de que el pasado fin de semana 12 tornados sacudieran los Estados de Iowa, Kansas, Illinois y Oklahoma, que causaron dos muertos y una treintena de heridos.