París.-

Las secciones de transporte de los sindicatos de la Confederación General del Trabajo de Francia (CGT) y la Fuerza Obrera (FO) iniciaron ayer  una huelga general que podría extenderse durante la semana, para mostrar el rechazo de los trabajadores franceses a la reforma laboral impulsada por el gobierno del presidente Emmanuel Macron.

Los transportistas bloquearon los accesos a las refinerías y los puertos, provocando problemas puntuales de escasez y acopio de combustible. Pese a que hubo momentos de tensión con los gendarmes no se reportaron incidentes.

Desde la madrugada de ayer se multiplicaron los bloqueos y se ejecuta la llamada “operación caracol” -que consiste en ralentizar la circulación de los camiones- en las proximidades de las ciudades Burdeos, Marsella, Lyon, Ruán, Caen, La Rochelle y en diversos puntos en las afueras de París, según los organizadores.

Un responsable de la FO interrogado por la emisora ‘France Info’ indicó que antes de las 08:00 había más de 40 puntos de movilización de los huelguistas.

El portavoz del gobierno, Christophe Castaner, insistió en la radio ‘RMC’ que “los camioneros tienen legitimidad para manifestarse, pero no pueden bloquear Francia”. (I)