La reina Isabel II de Inglaterra, que registra actualmente altos niveles de aprobación popular a pesar de encabezar una de las familias más disfuncionales de Gran Bretaña, hará historia el próximo mes cuando se convertirá en la monarca británica que más tiempo ha permanecido en el trono.

Isabel nunca esperó convertirse en reina y eso ocurrió porque su tío, Eduardo VIII, abdicó al trono en 1936 para casarse con la estadounidense divorciada Wallis Simpson.

La princesa Isabel tenía solo 25 años cuando se convirtió en reina de Inglaterra el 6 de febrero de 1952, tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI.

El próximo 9 de septiembre, ella habrá superado el récord hasta ahora en manos de su tátara tátara abuela, la reina Victoria, quien había reinado más de 63 años. “Es un trabajo de por vida”, afirmó la monarca, de 89 años, quien no planea abdicar y quiere seguir en el trono hasta sus últimos días.

A pesar de que el mundo y la sociedad británica cambiaron significativamente durante su reinado de más de 6 décadas, Isabel II siempre se mantuvo fiel a su estilo tradicional.

La familia real británica fue blanco de escándalos en las décadas del 80 y 90, incluida la publicitada relación extra-matrimonial entre el príncipe Carlos y Camilla Parker-Bowles o la sospechosa muerte de Diana en un accidente automovilístico en París, pero la reina logró llevar una institución de más de 1.000 años a una nueva era de popularidad, aunque también hay quienes exigen una República. (I)