El Gobierno británico suspenderá su polémico programa de ajustes y reducción del déficit fiscal y, en cambio, destinará fondos para la construcción de nuevas viviendas y proyectos de infraestructura y de transporte, como consecuencia de las crecientes incertidumbres generadas por el Brexit (la salida del país de la Unión Europea).

En tanto, la libra esterlina cayó ayer a su nivel más bajo en 31 años frente al dólar. Al mediodía la moneda valía $ 1,2757.

El ‘chancellor’ del Tesoro, Philip Hammond, declaró durante el Congreso anual del Partido Conservador en Birmingham (centro de Inglaterra), que la actual Administración dejará de lado las prioridades del exministro de Economía, George Osborne, para “balancear las cuentas públicas en 2020” y se enfocará en reactivar las finanzas.

El Ministro de Finanzas indicó sin embargo, que el déficit fiscal del Reino Unido es enorme y que será reducido en algún momento, sin dar detalles específicos al respecto.

Hammond consideró que las políticas de reducción fiscal implementadas por Osborne “fueron las adecuadas en su momento. Pero cuando las épocas cambian, nosotros debemos cambiar también”.

De acuerdo con el jefe del Tesoro, el Gobierno “regresará a la disciplina fiscal, pero de una forma pragmática que refleje las nuevas circunstancias que enfrenta el país”.

En ese sentido, confirmó que dará a conocer más detalles sobre su programa económico cuando presente en noviembre el Presupuesto anual en la Cámara de los Comunes. Hammond sostuvo que las autoridades destinarán fondos adicionales para mejorar el sistema de transporte y de comunicaciones.

Uno de los planes es ayudar a la construcción de unas 40.000 nuevas viviendas para 2020.

El Gobierno prestará $ 3.000 millones para edificar casas en terrenos del Estado, las primeras 15.000 que estarán listas en 2017. También destinará $ 4.000 millones para estimular proyectos de construcción, con vistas a la creación de 200.000 nuevos inmuebles a largo plazo. (I)