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Escocia sueña con lograr su independencia de Inglaterra

Escocia sueña con lograr su independencia de Inglaterra
21 de julio de 2013 - 00:00

Escocia, mundialmente conocida por su whisky, sus gaitas y sus kilts de diferentes tartantes, y con una historia rica en rebeliones y levantamientos populares contra la Corona inglesa, sueña ahora con lograr su buscada independencia y poner fin a más de 300 años de unión con el Reino Unido.

Abarcando un territorio de 78.772 kilómetros cuadrados, con más de 790 islas y archipiélagos y una población de unos 5’116.900 habitantes, el Reino de Escocia había sido un estado independiente hasta 1707, fecha en que firmó el Acta de Unión con Inglaterra, para crear el Reino Unido de Gran Bretaña.

Pero desde el siglo XIX, el independentismo escocés logró ganar cada vez más influencia, principalmente a partir de los esfuerzos del gobernante Partido Nacionalista de Escocia (SNP, en sus siglas en inglés), que en las elecciones de mayo de 2011 obtuvo la mayoría absoluta en el Parlamento de Edimburgo.

Fue justamente el jefe de esa agrupación y actual primer ministro de Escocia, Alex Salmond, quien se puso como objetivo devolverle a los escoceses una independencia histórica, al considerar que una Escocia independiente del Reino Unido “aprovechará mejor sus recursos naturales, como el petróleo y el gas del Mar del Norte, y distribuirá más equitativamente el dinero público”.

De hecho, el jefe del SNP sostiene que de hacerse efectiva la independencia, el país recuperaría 50 millones de libras esterlinas (unos $76 millones) del Parlamento británico y de Whitehall, sede del gobierno británico en Londres.

También considera que la separación del Reino Unido le permitirá al país poner fin al sistema de disuasión británico con cuatro submarinos nuclear Trident estacionados en Escocia, frenará la privatización del Correo Postal y también las reformas al sistema de viviendas públicas.

Salmond espera que el referéndum previsto para el 18 de septiembre de 2014 obtenga un resultado mayoritariamente por el “Sí”. Su gobierno introdujo incluso una ley por la cual autoriza a los jóvenes de 16 y 17 años a participar de la consulta.

Los electores deberán responder con un simple sí o no a la pregunta: “Should Scotland be an independent country?” (¿Debería ser Escocia un país independiente?)

Para el SNP se tratará de un “día histórico” en tanto que para los partidos opositores, el gobierno de Salmond llevará al país a la ruina.

Las autoridades escocesas esperan capitalizar el éxito por los Juegos de la Mancomunidad de ex Colonias británicas (Commonwealth Games) de 2014 en Glasgow y de esa forma conseguir más simpatizantes a la independencia.

Sin embargo, los electores aún no están seguros acerca de una separación de Escocia del Reino Unido, como dejó en claro un sondeo de la revista política New Statesman, que en mayo concluyó que para el 49% de los ciudadanos de ese país, lo mejor sería seguir dentro de la Unión, mientras que sólo el 20% votaría por el “Sí”.

De todos modos, esa encuesta indicó que la mayoría de los escoceses están de acuerdo con algún tipo de reforma constitucional, con un 27% a favor de una mayor devolución de poderes de Londres a Edimburgo.

Otro sondeo, publicado en junio pasado en el diario The Scotsman, concluyó que un 60% de los jóvenes escoceses de entre 14 y 17 años votaría por el “No” a la independencia, con sólo un 21% que favorece la separación y un 18,8% que aún sigue indeciso al respecto. La encuesta a 1.000 adolescentes formó parte de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Edimburgo y del Consejo de Investigaciones Económicas y Sociales (ESRC).

Un portavoz de la campaña por-unión “Better Together” (Mejor Juntos) le dijo a EL TELEGRAFO que los resultados demuestran que los jóvenes escoceses “no le ven sentido” a una Escocia independiente.

“Hay muchos temas en juego, pero lo más preocupante es la eventual falta de trabajo, un creciente desempleo y la sensación de que el país no podría sobrevivir sólo en materia económica”, indicó un vocero del grupo.

Michaella Drummond, una joven de 17 años que trabaja para la campaña de “Better Together”, dijo que ahora los escoceses “disfrutan de lo mejor de los dos mundos”.

“Crear una línea en la isla (británica) y decir ‘todos los del norte de la línea son diferentes de los del sur’ es irracional y no es cierto”, agregó.

Sin embargo, un portavoz de la campaña por la independencia escocesa “Yes Scotland” insistió en que muchos jóvenes cambiarán de opinión entre ahora y septiembre de 2014.

“O seguimos con la misma realidad dañina para Escocia o nos aseguramos un comienzo fresco. La oportunidad es nuestra”, subrayó.

La identidad nacional juega un rol muy crucial a la hora de decidir sobre el asunto. Según el sondeo del Scotsman, aquellos que se identifican sólo como escoceses en lugar de británicos tienen más chances de votar por el “Sí”, con un 67,5% de ellos que elegiría la separación del Reino Unido. En tanto, aquellos que dicen sentirse más británicos que escoceses votarían por abrumadora mayoría (un 96,2%) por el “No”.

“La unión política y económica con el Reino Unido ya no funciona para Escocia. Lo retrasa e impide que avance a futuro. Por eso debemos cambiarla y reformarla de forma urgente”, afirmó Salmond en una reciente visita de campaña por el Highlands, ese típico paisaje montañoso y salvaje que ha definido por siglos la valentía y coraje de los escoceses.

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