La huelga de trabajadores ferroviarios y funcionarios públicos de Francia se desarrolla en medio de tensiones en esta capital, con disturbios y episodios violentos entre grupos de enmascarados y las fuerzas de seguridad.

Aunque miles de participantes en la manifestación marchan en calma por las calles de París, algunas bandas de encapuchados que actúan al margen de la procesión protagonizaron hechos violentos como destrucción de inmuebles y lanzamiento de petardos a los agentes del orden público.

En respuesta, los uniformados emplearon cañones de agua para intentar dispersar a los autores de las agresiones, lo que genera un clima de tensiones a lo largo de la demostración.

Decenas de miles de mujeres salieron hoy a las calles en numerosas ciudades para mostrar el rechazo a proyectos del gobierno de Emmanuel Macron, y el cortejo parisino se encuentra en pleno apogeo.

Los trabajadores de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles protestan contra la reforma ferroviaria impulsada por el ejecutivo, considerada una amenaza para un sector modelo del servicio público en Francia.

Por su parte, los funcionarios públicos se movilizan para rechazar los planes del gobierno de eliminar 120 mil puestos de trabajo y de recortar 60 mil millones de euros del presupuesto destinado a este sector.

Varios políticos se han unido a las demostraciones, como el líder del movimiento Francia Insumisa, Jean-Luc Melenchon, quien abogó por hacer un frente común contra los planes gubernamentales.

También participan el secretario general del Partido Comunista, Pierre Laurent; el líder del Partido Socialista, Olivier Faure, y numerosos dirigentes de los principales sindicatos del país.

La huelga ha generado perturbaciones en diversos sectores como el transporte aéreo, el ferroviario, las escuelas, las universidades y diversas instituciones de la administración pública.

Por el momento, ningún representante gubernamental ha realizado declaraciones sobre la jornada de paro. (I)