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El Telégrafo

Periodistas superan el miedo y denuncian el atropello en los medios

Periodistas superan el miedo y denuncian el atropello en los medios
06 de junio de 2012 - 00:00

Las denuncias  de    periodistas que se sienten afectados   en sus derechos laborales se multiplican. El 25 de abril pasado Oswaldo Carrasco Andrade denunció ante el Ministerio de Relaciones Laborales (MRL) a sus ex  jefes por despido intempestivo.

El comunicador colaboró en Radio Morena Telescucha S.A., propiedad del asambleísta de Sociedad Patriótica, Luis Almeida,  desde el 1 de marzo de 1996 como operador y locutor vespertino. En ese tiempo, asegura Carrasco en su denuncia, recibió un salario de 320 dólares, no se le reconoció el pago de  horas extras ni utilidades y cuando fue  despedido tampoco se le canceló  los montos correspondientes a las vacaciones no gozadas por los años 2005, 2006, 2007, 2008 y 2010.

El motivo del despido, según consta en la denuncia, fue porque  Carrasco se ausentó durante    18 días a consecuencia de  una cirugía de emergencia que le practicaron  el   4 de abril de este año y que  le obligó a tomar reposo   por orden médica.

En la misma declaración, Carrasco indica  que sus jefes fueron inmediatamente informados  sobre su  dolencia y que,  incluso, el día previo a la   cirugía  envió a su hijo para que lo cubriera en el turno de la tarde.

Asimismo,  asegura que tras la cirugía,   su madre fue  a  la radio guayaquileña con  la documentación  que   certificaba el período de reposo, pero   se negaron    a recibirla. Pese a ello, el locutor se reincorporó al    trabajo el 20 de abril, en donde le informaron que, por disposición de  la gerente y esposa de  Almeida, Jenny Morán Rodríguez, no podría retomar su cargo. 

A la semana siguiente  Morán le ratificó que  junto a su esposo decidieron “prescindir de sus servicios”  y que al día siguiente podría retirar su liquidación: 2.432 dólares por 16 años de servicio.

Ante ello,  Carrasco demandó a sus ex empleadores por “despido intempestivo” y exige una indemnización  de 5.440 dólares. A más del pago del proporcional al décimo tercer sueldo, las vacaciones no gozadas, horas extras y utilidades.

La demanda es investigada por el MRL  que   el próximo 15 de junio   inspeccionará  la emisora. Sin embargo, Almeida al ser consultado por El Telégrafo,  dijo desconocer el caso y argumentó que desde hace varios meses dejó   la administración de la emisora y  que cualquier información sea consultada al personal a cargo en Guayaquil. Y pidió “no mezclar temas administrativos con asuntos políticos”. 
Las estrategias que utilizan  ciertos medios de comunicación para evitar obligaciones laborales son varias. Xavier  Bucheli supera el temor a las represalias y denuncia que  sus ex empladores le obligaron a renunciar   tras conocer que el salario básico de los periodistas, congelado en  205 dólares desde  el 2005, se incrementó  a 482 dólares en enero de este año  por resolución del  MRL. El cronista deportivo laboró en Radio Sucre  desde septiembre de 2006 con un salario  mensual de 282 dólares y fue apenas en  2009 cuando    lo  afiliaron al IESS.
A inicios de este año, su jefe inmediato le informó que por disposición de Gabriel Arroba, gerente de la emisora guayaquileña e hijo del propietario, Vicente Arroba, debía presentar su renuncia   para continuar laborando como colaborador independiente y cobrar su sueldo mediante factura, con lo cual se suspenderían los aportes al IESS.
Ante la necesidad del empleo,  Bucheli aceptó, pues le indicaron que la radio no podía  costear el alza salarial y los beneficios laborales de ley.  Y pese a que cumplió la orden, el mes pasado su editor le comunicó nuevamente   que por falta de presupuesto la emisora decidió  separarlo de la institución.
Desde entonces, asegura el periodista, no ha logrado comunicarse con el gerente de la emisora y tampoco le han indicado cuándo le pagarán los cuatro meses de sueldo que quedaron pendientes. Además, menciona con indignación, que tras renunciar voluntariamente en enero pasado, la emisora le pagó 500 dólares de indemnización por cinco años de trabajo.
El comunicador no descarta demandar a la emisora por los haberes pendientes y asegura que atropellos de ese tipo lo sufren varios de sus colegas. Ahora labora para un medio  en línea y dice gozar de todos los derechos laborales.

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