Cuando se conocieron en la casa de Patricio Toranzo, Cinthia Fernández y Matías Defederico no imaginaron siquiera que 7 años después estarían en Quito, con él jugando en Universidad Católica y ella dedicada al cuidado de sus 3 hijas: las gemelas Bella y Charis y Francesca, la más pequeña.

El ‘Conde’ está causando sensación en el combinado Camarata, donde suma 3 goles y 3 asistencias y cada vez se convence más de que en Ecuador le sería posible cumplir una de sus aspiraciones más añejas: quedar campeón nacional con un equipo de primera A.

Su vínculo con el club ‘Santo’ fenecerá en noviembre próximo, pero sabe que una buena campaña podría alargar su relación con la institución o proyectarle a otro representativo; la idea en cualquiera de los 2 casos es conseguir un mejor contrato.  

El nexo que parece interminable es aquel que maniene con Jorge Fortunato Célico, director técnico de la ‘Chatoleí’ y principal responsable de que aceptara venir acá. Una llamada del timonel a Bombay a finales de 2016 encendió la mecha de su aparición en el balompié tricolor.

En aquel tiempo, el volante ofensivo militaba en el Mumbai City de la Superliga India, donde cerraba la temporada con 3 tantos y 3 pases gol.

Pero la relación con Jorge se remonta a la infancia de Matías, quien le da vuelta en U a su memoria hasta encontrarse de 10 años, ingresando a la escuela deportiva de Huracán, en la que Célico era entrenador y coordinador de las categorías formativas. El chico provenía de Mataderos, un barrio ubicado al oeste de Buenos Aires, en cuyas canchas y calles el niño peloteaba al son de sus ilusiones, queriendo ser como Juan Román Riquelme, el imberbe enganche de Boca Juniors al que veía por televisión.

Al despertar de ese recuerdo,‘Mati’ está en la sala de su hogar, junto con Cinthia y sus pimpollos, con quienes forma el barco más importante de su existencia: él como las velas y ellas como el viento que las soplan. El navío ha surcado varios mares, siempre en busca de los mejores puertos.

Defederico reseña la parada que hizo en el Corinthians de São Paulo en la temporada 2009-2010, tras dejar Huracán, con el que debutó en el profesionalismo y actuó en primera desde 2007 a 2009.

En el Timao pasó una de sus mejores experiencias: compartir camerino con Roberto Carlos y Ronaldo, 2 de los consagrados cracks de Brasil con los que la Verdeamarela obtuvo la Copa del Mundo ‘Japón-Corea 2002’, la última en la colección del pentacampeón.

“Soy un agradecido de eso, somos pocos los que tenemos  la suerte de compartir un vestuario, un día a día con ellos. Como jugadores no puedo decir más de lo que ya se ha dicho, pero si contar que son grandes personas y compañeros, de quienes uno podía aprender y, la verdad, se me grabó una imagen hermosa de aquello”, indica el argentino.

De esa estación guarda las risas y el compartir en la casa de Ronaldo, que le convidó a 7 asados, demostrando no solo ser hábil con el cuero de la pelota, sino también con la carne del ganado vacuno, especialmente con las picañas.

Pero el rodaje de su historia le deparó vivencias con otros grandes, también campeones del mundo: Diego Armando Maradona y Sergio Batista, que levantaron el trofeo en México 1986 para Argentina. Ellos le dieron la oportunidad de vestir la Albiceleste, al convocarlo el ‘Pelusa’ en 2009 y el ‘Pimpinela’ en 2011.

El 20 de mayo de 2009, el ‘Conde’ tuvo la fortuna de actuar en un amistoso contra Panamá en el estadio Brigadier General Estanislao López, propiedad de Colón de Santa Fe. Esa noche, el elenco Rioplantense derrotó 3-1 al conjunto centroamericano, con un enorme desempeño de Matías, que marcó la primera conquista.

El 3 de febrero de 2011 registró su segundo acto con el representativo de su nación, esta vez bajo el mando de Batista en la inauguración del Estadio San Juan del Bicentenario en el aglomerado urbano Gran San Juan. Ahí la oncena Patagonia doblegó 4-1 a Venezuela.

De su andar con el combinado gaucho le resultan inolvidables las instrucciones de Maradona: “Tener a Diego al frente dándote una disposición táctica, confianza, diciéndote algo, eso para uno, como jugador, es todo. En ese momento yo estaba en Huracán, me decía: enano, pedila, mostrate siempre, encará, no tengás miedo, que estás con la camiseta de la Selección, hacé lo mismo que hacés en tu club, esto es fútbol y se juega igual en todas las canchas”.

Cinthia tuvo una propuesta laboral del programa televisivo Combate, pero no la concretó porque este se graba en el Puerto Principal. Igual, su deseo es trabajar en Ecuador. Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO

El infierno en el paraíso

Mas, como la felicidad perfecta no existe, los Defederico-Fernández revelan sus momentos difíciles. Trepada en su biografía, Cinthia mira por el retrovisor y relata los dolorosos instantes a los que se expuso en Abu Dabi, cuando los médicos, pese a verla adolorida, se negaron a socorrerla.

Dicho comportamiento, derivado de la barrera cultural que separa el sentir de occidente y oriente, provocó que el centrocampista pidiera rescindir su contrato con el Al-Dhafra de la primera división de los Emiratos Árabes, en el que permaneció entre agosto y noviembre de 2014.

La actriz y modelo argentina jamás aceptó el trato desigual que las féminas reciben en los territorios árabes, donde un hombre puede tener varias esposas, dependiendo de su posición socioeconómica, pero no se auxilia a una mujer embarazada en una casa de salud por no estar casada, es decir, no son bien vistos los vástagos fuera del matrimonio.  

Por estas razones, lo que parecía un trámite simple: sacar el certificado de salud para salir de Abu Dabi, en el que debía precisarse que ella estaba en condiciones de volar, se transformó en un problema, hasta que al fin, pagando $ 1.000 por una ecografía, pudieron desplazarse a Buenos Aires.

“Los Emiratos Árabes son hermosos, soñados para vivir, pero nada hay como la tranquilidad, la libertad. Allá no podés andar de la mano con tu pareja, las chicas se sientan en una mesa y los hombres en otra, es complicado”.

Otro pasaje conflictivo en la convivencia de Matías y Cinthia se dio con las amenazas de muerte que recibieron por supuestos hinchas de Independiente de Avellaneda, entidad en la que el deportista prestó sus servicios de 2010 a 2012.

Defederico demandó al ‘Rey de Copas’ por incumplimiento salarial, cargando desde entonces con el odio de un sector de la parcialidad roja, ira que desembocó en duras intimidaciones vía telefónica de terminar con su vida e, incluso, violar y matar a su cónyuge e hijas, la última de estas advertencias tuvo lugar en marzo último.

El mediocampista aclara que si bien de niño simpatizaba con Independiente, su corazón pelotero le pertenece a Huracán, aunque, como atleta de élite, siempre se parcializará con la escuadra en la que trabaje, actualmente su mente y su alma están con el ‘Trencito Azul’.

Y si de capítulos tristes se trata, no puede faltar la lesión que padeció en abril de 2012, cuando se le rompieron los ligamentos cruzados de la rodilla derecha. Esta dolencia lo apartó de las canchas por 6 meses.

La enfermedad generó inestabilidad emocional en el atleta; Cinthia remueve las escenas en las que lo vio muy malhumorado al necesitar de otras personas hasta para sentarse en el inodoro. Esos días, añade, la tolerancia se convirtió en su mayor aliada.

“Es espantoso y lo entiendo, yo sufrí algo parecido por un desgarre en el cuádriceps horas antes de una final en el concurso Bailando (Showmatch), lo mío no fue nada comparado con lo de Matías”.

Acerca de su enamoramiento, la experta en coreografías detalla que se vieron por primera vez en el domicilio de Patricio Toranzo, quien organizó una parrillada. Matías y Toranzo eran compañeros en el Globo, en tanto, Tamara Álvez, novia del anfitrión, era su amiga.

En la citada ocasión, a la que Defederico acudió con otra chica, no surgió nada, pero en otras reuniones se fueron conociendo, hasta que una flecha de Cupido los atravesó a ambos. Ella sonríe al recordar lo ‘chamullero’ que se comportó para atrapar su amor.

La imagen que se le viene a la mente al abrir su cofre de remembranzas es una suscitada en la banca de un parque en Córdoba, donde ella realizaba una encomienda laboral.

“¡Tiene una parla!, cuando recién empezamos le salían todos los poemas, era Shakespeare. Ese día estábamos en un instante romántico, se acercó a mis labios, creí que iba a besarme, pero no, se le ocurrió preguntarme por un diente que tenía partido desde niña. Le dije: sí boludo se me partió el diente de chiquita ¡Quería matarlo!”.

Matías Adrián es muy cariñoso con sus hijas, en esta escena aparece con las gemelas Bella y Charis, quienes, según el deportista, son “terriblemente traviesas”. Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO

Con el transcurrir de los calendarios, cada quien aprendió a aceptarse y quererse tal como son. A ella la vuelve loca con sus ocurrencias y su solidaridad, pero le enfada que se la pase horas jugando en el PlayStation y no sea capaz ni de responderle cuando le consulta algo.

A él, en cambio, le fascina que sea directa, sin tapujos, mas no la soporta en sus cuartos de hora de testarudez.

En cuanto a la fama, esa dama invisible que dejan afuera cuando se encierran en el departamento, han conseguido sobrellevarla; les ha traído sorpresas lindas, asimismo algunas horrorosas. En Argentina no faltan los fans que les piden fotos, autógrafos y algunos les han obsequiado caricaturas. La calidez de la gente con ellos se triplicó desde que caminan con Bella, Charis y Francesca.

En torno a los ratos amargos, a Cinthia le carcome la angustia el acordarse del hombre que, hace 2 años, se metió en su vehículo y, después de bajarse los pantalones, le frotó en la pierna el miembro viril. Tras la respectiva denuncia, el individuo fue internado en un centro para personas con discapacidad intelectual.

En Quito, Matías y Cinthia cultivan amistad con los jugadores de Católica, en especial con los argentinos: Hernán Galíndez, Facundo Martínez, Gastón Gil Romero y el ariete de Liga de Quito, Hernán Barcos, excompañero de Defederico en el Huracán de 2008.

Al opinar sobre Matías, Jorge Célico (55 años), quien tapó en el Quemero de 1981 a 1982, más allá de referirse a su riqueza técnica, menciona la entrega y el carácter que suele acompañar a quienes se moldean en los potreros de los barrios porteños. “Desde niño fue un dotado, encarador, atrevido, del tipo de jugadores que brindan buen fútbol”.

Luego de la llamada telefónica que sostuvieron en diciembre, el maestro y el alumno se encontraron en un café del centro comercial Alto Palermo, en Buenos Aires; a renglón seguido llegó a un acuerdo con la directiva de Universidad Católica.

El DT está contento por el rendimiento de Matías, lo siente a gusto en Católica; cuenta el déjà vu que vivió en el triunfo 3-0 sobre Liga de Quito; al anotar la primera diana, Defederico corrió a abrazarlo y subirse sobre él, tal cual lo hacía en su niñez.

“Si uno no tiene afecto por el futbolista que dirige y viceversa, será difícil conseguir su máxima expresión”. (I)

DATOS

Matías Adrián Defederico nació en Buenos Aires el 23 de agosto de 1989; Cinthia Fernández vino al mundo el 11 de octubre de 1987.

Las gemelas Bella y Charis vieron la luz del mundo el 15 de octubre de 2013; Francesca se les unió el 24 de noviembre de 2014.

En cuanto a fobias, Matías le tiene pánico a las revisiones médicas; Cinthia a las agujas y cucarachas.

La pareja se siente a gusto en Quito; les encanta la cantidad de sitios con juegos infantiles a los que pueden llevar a sus retoños.